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Ética de la labor docente

Hugo Fajardo Cuellar*

En el marco de un aniversario más de la celebración del día del maestro (22 de junio de 2015), drugstore es importante  plantear algunas reflexiones sobre la dimensión ética  que tiene la labor de todo docente o maestro.

La Ética, es la disciplina filosófica que tiene como objeto de estudio, el Ethos de una sociedad, grupo social o de cada individuo determinado; entendido el Ethos como la moral o las costumbres que rigen la vida de las personas en las sociedades.

Así entendida la ética, partiremos de la premisa que como  ciencia de la moral, se aplica a todos los campos del saber o del conocimiento humano; puesto que, es una disciplina auxiliar y eje trasversal en los diferentes campos del saber y las ciencias; así se habla de ética médica, de la ética jurídica, ética profesional, etc.

En tal sentido se plantean en el presente artículo algunas reflexiones de orden teórico y práctico sobre, lo que significa hablar de la Ética de la labor docente. Tema que por su gran trascendencia y envergadura no es tan fácil de abordar ni agotar con este artículo; pero que sin embargo es necesario plantear las siguientes reflexiones.

Abordar el tema de la labor docente desde la perspectiva de la ética, implica analizar una gama muy amplia   de aspectos teóricos prácticos que determinan el inagotable Ethos de la labor de un docente, no solo en el aula, sino más allá de esta, dentro del marco de relaciones sociales frente a sus alumnos, a sus colegas, la comunidad y a la sociedad en general.

En ese orden y desde una perspectiva ética, ósea del deber ser de la conducta moral del ser humano (en este caso del docente o profesor(a); la dimensión ético moral de la labor docente se analizará destacando dos aspectos o interrogantes fundamentales: ¿qué significa ser docente o profesor?   Y ¿Por qué y para que hacer docencia?.

¿QUÉ SIGNIFICA SER DOCENTE?.

El termino Docente ser refiere a la persona que ejerce la profesión de enseñar una disciplina o ciencia determinada. La palabra deriva del término latino Docere que significa Enseñar.

Así se puede ser docente o profesor en los diferentes niveles del sistema educativo nacional tanto público como privado; desde la primaria hasta el nivel superior.

Pero ser docente no solo significa literalmente dar clases o enseñar; sino que desde una perspectiva  ética, ser docente significa ejercer la docencia con sentido de responsabilidad y dignidad; lo que a su vez significa entre otras cosas que:

El docente no vive de la docencia sino que vive para ella; es decir el verdadero docente, es aquel que tiene como eje central de su existencia la docencia, en tanto que, su actividad como profesional de la enseñanza no se agota en las horas de clase en el aula en las escuelas, instituto o en las universidades; sino que siempre pasa activo en la búsqueda del conocimiento para enseñar y ayudar a aprender a sus estudiantes, de una manera eficiente. El que vive de la docencia lo hace porque le pagan, mientras el que vive para la docencia, lo hace porque le gusta y se siente realizado cada vez que lo hace; tratando de hacerlo cada vez mejor.

Significa también que el docente y la institución de la que forma parte, apuestan en todo momento por una dignificación de la docencia. Es decir por convertir a esta en un instrumento de formación educativa para el desarrollo integral del educando que va más allá de la mera trasmisión práctica de conocimientos.

Ser un buen docente significa tener amor a la docencia como a sí mismo. Actuando con respeto, dignidad y responsabilidad no solo ante los conocimientos y el sistema formal o curricular de su trasmisión sino también a los estudiantes, que son el complemento primordial sin el cual ninguna labor docente tendría sentido.

¿POR QUÉ Y PARA QUE HACER DOCENCIA?.

La Ética, en cuanto filosofía moral siempre se pregunta el por qué y para que de los diferentes actos o conductas del ser humano como miembro de la sociedad, así al preguntarse por qué y para qué hacer docencia, estamos frente a una interrogante de alto contenido filosófico, ante la cual más que dar una respuesta mecánica y esquemática, nos lleva a plantear las siguientes reflexiones.

El que hace la docencia no debe hacerlo porque dicen que es la carrera más corta; más fácil de encontrar trabajo, etc., sino porque es la actividad noble mediante la cual se tiene la gran oportunidad de enseñar a los demás a ser sujetos de su propio aprendizaje. Es decir el ejercicio de la docencia es una oportunidad de oro para contribuir en la formación de valores humanistas de los futuros hombres y mujeres del mañana.

Hacer docencia significa, entregarse de manera consciente y abnegada a la labor de aprender a enseñar, porque el verdadero docente siempre debe estar revisando y actualizando sus conocimientos a la luz de los cambios que la realidad está presentando en el área en que le toca desempeñarse, para así poder enseñar dichos conocimientos, con eficiencia y calidad cognoscitiva a los estudiantes.

La verdadera Docencia tiene a la base, la filosofía de orientar y facilitar el aprendizaje del estudiante más que la de trasmitir los conocimientos que exige el programa de estudios. Es importante enseñar lo que se sabe pero lo es mucho más, si lo que se enseña se convierte en entendimiento para ayudar a que el alumno o estudiante aprenda, en el sentido de que haga suyo dichos conocimientos a través del dominio no solo cognoscitivo sino también practico de los mismos.

La Docencia, tiene entonces como fundamento ético el compromiso de saber enseñar para facilitar el poder aprender, lo cual implica una relación socio-pedagógico, de carácter horizontal y no vertical. Esa relación debe tener como fundamento esencial el “educar” con sentido de libertad, de crítica y transformación de la realidad.

   *Sociólogo, Docente de la Universidad de El Salvador (1991-2015), miembro del   Consejo Superior Universitario,(2011-2015).

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