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Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
El embajador de Estados Unidos en El Salvador, William Duncan, aseguró este miércoles que el gobierno estadounidense es respetuoso de las medidas de seguridad que decida implementar el Gobierno de El Salvador, esto ante los cuestionamientos al diplomático sobre el régimen de excepción.
El régimen de excepción es una medida constitucional avalada por la Asamblea Legislativa el 27 de marzo de 2022, cuando el país atravesó por una escalada en los homicidios. A petición del Ejecutivo, la medida se ha prorrogado 13 veces y aún no se tiene claro la fecha de caducidad.
Al diplomático estadounidense se le preguntó sobre su consideración del régimen de excepción y si este ha servido para reducir la inseguridad en el país, a lo que Duncan respondió que es consciente del daño que han causado las pandillas en El Salvador en el transcurso de los últimos treinta años.
“Le toca al Gobierno de El Salvador escoger las políticas de seguridad que van a emplear en contra de las pandillas. Yo quiero ser respetuoso de las medidas que están empleando, pero a la vez quiero decir que un sistema de justicia penal tiene que respetar el debido proceso legal, siempre vamos abogar por eso. Si se va extender o no, yo creo es una pregunta para el gobierno no para mí”, destacó el diplomático en declaraciones a los medios.
Lo anterior, ya que el régimen de excepción ha sido el instrumento para violentar los derechos humanos de personas que nada tienen que ver con pandillas. El gobierno ha aceptado que se ha dejado en libertad a más de 4 mil personas, ya que no se les encontró vínculos con pandillas. Sin embargo, el Estado no brindó una compensación hacia ellos y tampoco unas disculpas.
Hasta la fecha, más de 67 mil pandilleros han sido arrestados durante el régimen de excepción, también, se han registrado más de 230 días con 0 homicidios. Además, se han incautado 3,443 vehículos, 3 millones de dólares, 2,629 armas de fuego y se han desmantelado más de 200 campamentos clandestinos.
William Duncan reiteró que como diplomático no se iba a meter en la política interna de El Salvador, esto ante los cuestionamientos por la visión de Estados Unidos sobre el estado de la democracia y las aspiraciones del presidente de la República, Nayib Bukele, en buscar su reelección a pesar de ser inconstitucional.
