Por Toni Cerdà
Bruselas/AFP
El nuevo marco diplomático entre la Unión Europea y Cuba, firmado en diciembre, avanza hacia su entrada en vigor, tras superar este martes un primer trámite en la Eurocámara días después que el presidente estadounidense, Donald Trump, frenara la política de deshielo.
«Ahora que Trump quiere volver a aislar a Cuba, es necesario que la UE aproveche esta oportunidad para estar más cerca de la isla», dijo la ponente parlamentaria del acuerdo, la eurodiputada Elena Valenciano, al término de su votación por la comisión de Asuntos Exteriores.
Para su entrada en vigor provisional, a la espera de un largo proceso de ratificación por los parlamentos de los países miembros, como ya hicieron Estonia y Hungría, el pleno de la Eurocámara debe primero ratificarlo. La votación está prevista en julio en Estrasburgo (noreste de Francia).
Negociado durante casi dos años desde abril de 2014, los cancilleres europeos junto a su par cubano Bruno Rodríguez firmaron el pasado mes de diciembre este Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación, con el que la UE y Cuba buscan entrar en una nueva era de relaciones plenas.
La firma del pacto, que establece el objetivo de «entablar un diálogo» para fortalecer «los derechos humanos y la democracia», puso fin al anterior marco de relaciones, la llamada Posición Común de 1996 que vinculaba la cooperación europea a las «mejoras en los derechos humanos».
Aunque el acuerdo actual contempla la posibilidad de suspenderlo en caso de violar los compromisos sobre derechos humanos, muchos eurodiputados, especialmente conservadores y liberales, reclamaron un lenguaje más duro en esta cuestión y respecto a libertades públicas.
Para allanar el camino a su aprobación, sin tocar el pacto firmado, los parlamentarios decidieron adoptar una resolución de acompañamiento, aprobada también este martes y que recoge parte de sus llamados como a la UE a ayudar a la «transición política y económica en Cuba».
«La persecución y reclusión de cualquiera por sus ideas y su actividad política pacífica supone una infracción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos», recoge esta resolución no legislativa, que pide «la liberación de toda persona por estos motivos».
Cambio de rumbo de Washington
El proceso de ratificación parlamentario se produce en un momento de tensión entre Washington y La Habana, después que Trump dejara sin efecto algunos aspectos del histórico acercamiento anunciado a finales de 2014 por el presidente cubano Raúl Castro y su entonces par estadounidense Barack Obama.
El mandatario estadounidense anunció el viernes en Miami (noreste de Estados Unidos), rodeado de anticastristas el endurecimiento del embargo, vigente desde 1962, la limitación de los viajes y la prohibición de los negocios con empresas cubanas administradas por militares.
El presidente de Estados Unidos calificó de «brutal» al régimen cubano y lo urgió a liberar a «los presos políticos». «Es mejor para Estados Unidos tener libertad en nuestra región, tanto en Cuba como en Venezuela», aseguró.
«No será una directiva presidencial de los Estados Unidos la que pueda torcer el rumbo soberano de Cuba, (…) ¿Con que podrían amenazarnos hoy que no hayan hecho ya antes y fracasado?», respondió el lunes el canciller cubano, para quien esta decisión daña «la credibilidad de su política exterior».
En la práctica, esa revisión sería limitada, ya que mantendrá los lazos diplomáticos trabajosamente restaurados en 2015, no se impondrán nuevas sanciones comerciales y los cubanos conservan su derecho de viajar a Estados Unidos así como enviar remesas a la isla.
Con su acuerdo, que recoge un capítulo comercial, la UE se encamina así a la reanudación completa de sus relaciones con la isla antes que Estados Unidos, máxime cuando las empresas extranjeras no quieren perder el tren de la tímida apertura cubana iniciada por Raúl Castro.
En su resolución no legislativa, los eurodiputados llaman al levantamiento del embargo económico impuesto por Estados Unidos, así como su alcance extraterritorial que prevé sanciones a las personas o compañías de terceros países que comercien con Cuba.