Por Sebastian Smith
Kiev/AFP
Los países de la Unión Europea (UE) criticaron el lunes a Rusia por reconocer los comicios separatistas en el este de Ucrania, que dieron una esperada victoria a los líderes y partidos prorrusos, al asegurar que violan los acuerdos de paz.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, afirmó que esas elecciones son «contrarias a la letra y al espíritu» de la tregua suscrita en septiembre bajo patrocinio internacional para poner fin a la guerra en el este del país entre el ejército ucraniano y los rebeldes prorrusos.
Steinmeier recordó este lunes a las autoridades rusas su promesa de respetar «la unidad de Ucrania».
«Juzgaremos a Rusia y al presidente (Vladimir) Putin a la luz de sus declaraciones, según las cuales la unidad de Ucrania no se pondrá en duda», declaró Steinmeier, en una primera reacción, en Twitter, a las elecciones en los territorios separatistas.
Poco antes, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini, lamentó en un comunicado que las elecciones en el este insurgente de Ucrania constituyan «un nuevo obstáculo en la senda de Ucrania hacia la paz».
El domingo, los líderes prorrusos y sus respectivos partidos cosecharon una esperada victoria en los comicios presidenciales y legislativos celebrados en los territorios bajo su control en las regiones de Donetsk y Lugansk.
Rusia reconoció esos comicios, al contrario que el gobierno de Kiev, la Unión Europea y Estados Unidos.
Como en los mejores tiempos de la Guerra Fría, estos comicios avivan las tensiones entre Occidente y Rusia, país al que europeos y norteamericanos acusan de apoyar a los separatistas. Estos tienen su feudo en parte de la región industrial del Donbass, no controlada por el gobierno ucraniano prooccidental.
Kiev ha calificado de «farsa» estos comicios, que pueden consolidar el control de los prorrusos sobre estos territorios, tras un conflicto de más de seis meses que ha dejado más de 4.000 muertos.
Rusia «respeta» resultado de comicios
Por su lado, Moscú dijo «respetar» el resultado de estos comicios presidenciales y legislativos en las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, y aseguró que los mandatarios electos deben ahora «resolver los problemas prácticos y restablecer la vida normal» en estas regiones.
«Las elecciones en las regiones de Donetsk y de Lugansk se llevaron a cabo en calma, con una tasa alta de participación», indicó el ministerio ruso de Relaciones Exteriores.
El viceministro de Exteriores ruso aumentó la presión sobre Kiev pidiendo que pusiera fin definitivamente a sus operaciones militares en el este y que hablase con los insurgentes en igualdad de condiciones.
«Este trabajo puede lograr resultados únicamente a condición de un diálogo de igualdad basado en el respeto mutuo, y si Kiev renuncia a las operaciones militares y a las notorias ‘operaciones antiterroristas'», declaró Grigory Karasin a la agencia de noticias oficial rusa TASS.
Durante la votación del domingo, un portavoz militar ucraniano denunció por su parte el despliegue «intenso de equipamientos y de tropas» procedentes de Rusia.
Sectores de las fuerzas reunidas contra los soldados de Ucrania parecen estar tan fuertemente armados y tan bien organizados como un ejército regular, y frecuentemente se han visto largas columnas de camiones militares en la zona de la frontera ruso-ucraniana.
Los periodistas de la AFP en el bastión rebelde de Donetsk indicaron que la situación estaba tranquila, pero los militares ucranianos sostuvieron que habían impedido un ataque contra un puesto de control al norte de la ciudad, matando a cuatro combatientes insurgentes.
Los medios de comunicación ucranianos habían mostrado previamente imágenes de varias decenas de camiones militares sin identificación, presentados como «una columna rusa en las calles de Donetsk».
Los insurgentes prorrusos se levantaron en armas en abril pasado, al mes siguiente de que Moscú se anexionara la península de Crimea, una decisión no reconocida internacionalmente.
Rusia justificó la anexión alegando que debía proteger a los ciudadanos de origen ruso, mayoritarios en Crimea, tras la revolución prooccidental y nacionalista que se produjo en Kiev a fines de febrero.
Respecto al este ucraniano, Moscú afirma que solamente proporciona a los rebeldes apoyo humanitario y político, pero no militar, contrariamente a lo que afirman los occidentales.