Caralvá
Fundador
Suplemento Tres mil
Interesan las disidencias sobre el tema filosófico de Europa y América –Nuestra América, sickness porque existe otra América- a pesar que vivimos en la segunda década del siglo XXI, doctor debemos insistir que la generación de pensamiento ha dejado de ser eurocéntrica y América ha mostrado al mundo avances insospechados para el mundo, si ubicamos a la revolución cubana como epicentro, nuestra realidad tiene sentido, paradójicamente esa revolución ha provocado que los centros reaccionarios –oligárquicos, autoritarios, ortodoxias religiosas, etc.- se acobarden y cedan el paso a una frágil democracia, ese es el avance, un sentido democrático diferente al europeo y norteamericano, porque esas fuerzas conservadoras aún poseen muchos monopolios de poder, acá los ciudadanos aún percibimos los Golpes de Estado (armados) y sus nuevas modalidades “desarmados” por argucias legales. Una referencia de Jorge Luis Borges en la Revista Sur: “Manejamos la cultura de Europa sin exceso de reverencia; de algún modo somos menos provincianos que los europeos, es decir nos interesan todas las variedades del ser, todas las variedades de lo humano; nos interesan todas las variedades de la geografía y de la historia, del espacio y del tiempo, no sólo de una provincia de la existencia (…) Podemos ser, como dice en un lugar de Moby Dick Herman Melville, a patriot to haven, es decir leales al cielo, que es como la más alta aspiración cosmopolita; podemos ser ciudadanos del mundo o debemos tratar de serlo. Podemos decir, con San Pablo, civis romanus sun; pero él lo dijo cuando eso significaba y abarcaba al mundo entero. En cuanto a Europa, nosotros podemos sentirla de un modo que es difícil que sea sentida por quienes han nacido allí; alguien siente que es francés, que es inglés, que es alemán y luego siente que es europeo. En cambio nosotros podemos sentir todo eso más allá de lo étnico, más allá de las aventuras de la sangre, porque más importante que la sangre del cuerpo es la sangre del espíritu”. (Borges en Sur, Emece Editores, Buenos Aires, 1999) págs. 60-315.326-328
En otras entrevistas radiales Borges afirma: “En cuanto a lo europeo… bueno, quizás he dicho ya muchas veces que yo no sé si alguien nacido en Europa; más bien la gente nace en Inglaterra, en Italia, en España, en Noruega, en Islandia… pero yo no sé si un francés se siente heredero de la cultura alemana, salvo que sea alguien muy especial. En cambio una persona común, en ese país, sabe que es francés y que su patria queda en un territorio más amplio, y quizás un poco ajeno, que se llama Europa. Claro que es peor en Estados Unidos, donde la gente, en general, sabe muy poco de geografía y de historia, incluso respecto de su propio país. Es una lástima… no sé… los Estados Unido pudieron ser una gran cultura, tenían todo para serlo, y han quedado reducidos a una mera potencia. ¿Usted ha notado que es el único pueblo sin nombre que existe? Porque ellos dicen muchas veces “América”, que son “América; pero eso no tiene sentido, desde luego, porque América es todo el continente”…Borges en diálogo, págs.. 11ss
En ese sentido la Europa del siglo XXI niega a Rusia y casi a Grecia por cuestiones económicas o políticas, mientras en América, Estados Unidos recién reconoce a Cuba más allá de esos provincialismos (económicos o políticos).