Bruselas/AFP
El canciller iraní, Mohamad Javad Zarif, fue recibido el martes en Bruselas por responsables europeos para intentar salvar el acuerdo sobre el programa nuclear, del que Estados Unidos decidió retirarse.
«Estamos en el camino correcto para avanzar y asegurarnos de que los intereses de todos los participantes que siguen [en el acuerdo], especialmente Irán, serán preservados y garantizados», dijo Zarif tras una reunión con la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
«El pueblo iraní espera beneficios económicos. Queremos saber si nuestros socios los pueden dar» explicó.
Por su parte, la ex canciller italiana subrayó que «el levantamiento de las sanciones económicas fue una consecuencia importante del acuerdo en beneficio del pueblo iraní».
Los europeos buscan evitar que Teherán se retire del acuerdo y retome su programa nuclear, al tiempo que estudian cómo evitar que las sanciones estadounidenses contra Irán afecten a las empresas del bloque que invierten en la República Islámica.
Los mandatarios de la UE deben fijar una posición común esta semana durante una cumbre en Sofía. «Me gustaría que nuestro debate volviera a confirmar sin ninguna duda que mientras Irán respete las disposiciones del acuerdo, la UE también las respetará», indicó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en la carta de invitación.
En la capital búlgara, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, debe presentar a los mandatarios «diferentes opciones para proteger los intereses económicos europeos en el comercio con Irán», impulsados en virtud del acuerdo nuclear, indicó un alto funcionario europeo.
China, Rusia, UE
Tras varios años de negociaciones, Irán y el grupo de potencias 5+1 (Estados Unidos, China, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania) cerraron en julio de 2015 un histórico pacto por el que Teherán aceptó congelar su programa nuclear hasta 2025 a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales contra su país.
Tras la salida del pacto del presidente estadounidense, Donald Trump, el objetivo de Irán es obtener garantías del resto de países firmantes para continuar aplicando sus compromisos en el acuerdo. En caso contrario, ya advirtió que están preparados «para todas las opciones».
Para ello, Zarif inició una gira el domingo, que le llevó a China, a Rusia y, ahora, a Bruselas.
Al término de esta gira diplomática, «veremos cómo podemos organizar un grupo de trabajo común para que este reciba el apoyo de la comunidad internacional», explicó tras haberse reunido el lunes con su par ruso, Serguei Lavrov, citado por la agencia iraní ISNA.
Tras su reunión con Mogherini, el canciller iraní se reunió con sus homólogos francés, alemán y británico, representantes de los tres países europeos que firmaron el texto.
El mandatario francés, Emmanuel Macron, y su par ruso, Vladimir Putin, confirmaron el compromiso de ambos países en aplicar este acuerdo, durante una conversación telefónica este martes.
Acercamiento inusual
La salida de Estados Unidos comporta un acercamiento entre Moscú y los europeos, algo inusual, habida cuenta de las tensiones de los últimos años sobre Siria y Ucrania, avivadas recientemente por el caso del envenenamiento del ex espía ruso Serguéi Skripal en Inglaterra.
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, habló en los últimos días con sus homólogos de los países europeos firmantes del acuerdo, para pedirles que continúen con su «fuerte cooperación» con Washington, indicó el lunes la diplomacia estadounidense.
Pompeo consideró que Estados Unidos y sus aliados europeos tenían intereses idénticos, como «actuar para que Irán no se dote nunca del arma nuclear» y «contrarrestar las actividades desestabilizadoras del régimen iraní en la región», según el comunicado.
El gobierno de Donald Trump anunció sanciones contra el gobernador del Banco Central iraní.
La marina estadounidense afirmó el lunes que esperaba un «periodo de incertidumbre» respecto a la actitud de Irán en el Golfo, después de que Washington denunciara el acuerdo.
«Por supuesto, debemos seguir siendo vigilantes, todavía más que habitualmente, para estar preparados ante todo tipo de reacción o nuevo desarrollo», comentó el jefe de operaciones navales estadounidenses, el almirante John Richardson.