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Por Patricio Arana
Bruselas/AFP
Los ministros de Finanzas de la Eurozona se reúnen en Bruselas en busca de un acuerdo que permita desbloquear un nuevo tramo de la ayuda financiera a Grecia y lanzar las discusiones sobre la sostenibilidad de la abismal deuda.
Al llegar a la reunión extraordinaria, shop el presidente del Eurogrupo y ministro de Finanzas holandés, hospital Jeroen Dijsselbloem, case afirmó que esperaba llegar a una decisión la deuda «el 24 de mayo».
«Tiene que ser absolutamente antes del verano. Hoy vamos a tener una primera discusión sobre el contenido y luego vamos a intentar zanjar el tema el 24 de mayo», dijo.
La deuda de Grecia alcanza el 180% de su PIB, un nivel considerado insostenible y un debate para aliviarla fue una de las magras victorias que obtuvo el primer ministro griego, Alexis Tsipras, al cabo de meses de críticas negociaciones que desembocaron en el tercer rescate a Grecia por 86.000 millones de euros el verano pasado.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pone como condición para participar en el rescate que se estudie la manera de aligerar la deuda, algo a lo que Alemania se opone, aunque quiere que el organismo internacional participe en el rescate.
«Los alemanes son reticentes» a hablar sobre la deuda, reconoció Dijsselbloem que aseguró que hablarían con ellos.
Interrogado sobre el tema, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, estimó que debían en primer lugar establecer un análisis sobre la «sostenibilidad» de la deuda.
«Sin este análisis no es posible ver si se necesita aliviar la deuda», agregó.
Medidas adicionales
El primer ministro griego estimó en un tuit que era «un día muy importante ya que por primera vez el tema de la deuda está en el agenda de la reunión del Eurogrupo».
«El alivio de la deuda va a crear un clima totalmente nuevo para la economía griega. Esto va a dar oxígeno a las finanzas del país», agregó.
Para hablar sobre la deuda, los acreedores de Grecia piden a Atenas que elabore lo que llaman «medidas de contingencia».
Este reclamo, que no estaba previsto en los términos del acuerdo del tercer rescate, surge por una divergencia entre el FMI y la Comisión Europea sobre los objetivos fiscales de Grecia en 2018, año en que finaliza el rescate.
La Comisión Europea proyecta que ese año Grecia alcanzará un excedente primario [sin el servicio de la deuda] de 3,5%, un objetivo que el FMI no cree viable.
Para zanjar esta diferencia coincidieron en pedirle a Grecia el voto de medidas adicionales, legisladas y acordadas con los acreedores, que serían implementadas si Grecia incumple este objetivo dentro de dos años.
Pero Atenas propone en cambio tener libertad para operar recortes automáticos en el caso de no alcanzar este objetivo, lo que Christine Lagarde, directora gerente del FMI, consideró como «no muy creíbles» e incluso «no muy deseables», según una carta dirigida a los 19 ministros de la eurozona.
Los acreedores ya descartaron no obstante una quita de deuda para Grecia y se orientan más bien hacia una reestructuración de los vencimientos, o tasas de interés más bajas.
Nuevo tramo de ayuda
En Bruselas, los ministros deben analizar las reformas que impulsó Atenas conforme a lo acordado en el tercer rescate financiero, para proceder a un nuevo desembolso.
El país ha recibido hasta el momento 21.400 millones de euros, y debe pagar 2.300 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE) el 20 de julio.
Al término de la primera revisión del programa, Atenas debería recibir al menos 5.400 millones de euros.
Atenas aprobó el domingo, en medio de protestas y huelgas, una reforma del sistema de pensiones.
Schauble se mostró confiado al llegar a la reunión de alcanzar una solución sobre este punto en mayo, y afirmó que debían estudiar las medidas adicionales en caso de que Atenas no cumpla con sus objetivos fiscales en 2018.
Para el ministro de Finanzas francés, Michel Sapin, Grecia «cumplió».
«Hicieron todos los esfuerzos que les pedimos y nadie puede poner en duda su sinceridad», dijo a la AFP.
