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Alberto Romero de Urbiztondo
@aromero0568
La Cámara de Diputados de Chile acaba de aprobar la Ley de Eutanasia, que deberá de ser ratificada por el Senado. Contando con el apoyo del 72 % de los chilenos. Pero ¿qué es la eutanasia?. Su nombre proviene del latín y significa buena muerte, es “la provocación intencionada de la muerte de una persona que padece una enfermedad avanzada o terminal, a petición expresa de ésta, y en un contexto médico”, según el Grupo de Trabajo de Atención Médica al Final de la Vida, de España. Actualmente está legalizada en Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Colombia, España, Nueva Zelanda y algunos estados de Australia y USA. En general, permite que personas con una enfermedad incurable y sufrimientos físicos o psíquicos extremos, pueda decir finalizar su vida mediante procedimientos indoloros y con asistencia médica, para no prolongar su sufrimiento.
Las legislaciones actuales exigen que las personas lleguen a límites de sufrimiento extremo, negando la posibilidad de decidir sobre el momento en el que consideran que ya no tienen una vida digna, sin sufrimientos, autónoma y poder entonces tomar la resolución de finalizarla, mediante una muerte digna, decidida serena, indolora y acompañada. Sin embargo la aprobación de estas leyes representa un avance importante para reconocer el derecho que tenemos de poder decidir sobre nuestra vida y también sobre nuestra muerte.
Para evitar que pueda darse un uso incorrecto de esta legislación, contempla una serie de requisitos que garanticen que la persona que solicita este derecho, tenga la información necesaria, lo haga con plena lucidez y sin ningún tipo de presiones. Así mismo, que sea un servicio proporcionado desde la sanidad pública, para que no pueda hacerse negocio con un servicio tan sensible.
Sin embargo, el vincular la eutanasia solo a casos de sufrimiento extremo, no garantiza reconocer la decisión sobre la propia muerte como un derecho de toda persona, por ello en Holanda están estudiando la demanda de personas de edad avanzada, que manifiestan cansancio vital, porque consideran que han tenido una vida completa y ya no tienen más perspectivas en la vida, desarrollando como consecuencia un deseo de morir persistente y activo.
