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Por Elder Gómez
El ex agente de la Policía Nacional Civil (PNC), Hugo Osorio, conocido como el «Asesino de Chalchuapa», ha sido condenado este viernes a 70 años de cárcel, por el Crímen de dos mujeres, en mayo de 2021.
Sin embargo, sobre el ex policía y otras 10 personas más -3 de ellas arrestadas-, penden los asesinatos de igual número de víctimas cuyos cuerpos fueron encontrados en fosas en la casa de Osorio, en el poblado de Chalchuapa, en el occidente salvadoreño.
Un tribunal especializado de mujeres de Santa Ana, capital del departamento homónimo, halló culpable al ex policía de los asesinatos de Mirna Cruz Molina (57) y su hija, Cristina Palomo (26).
Los hechos ocurrieron el 7 de mayo del año pasado, cuando la joven huyó de la casa de su captor, en una zona semirural de Chalchuapa, y pidió ayuda, pero su verdugo la alcanzó y la golpeó con un tubo de acero, y después la arrastró hasta su vivienda.
Vecinos alertaron a la policía del incidente y, cuando una de sus unidades llegó al lugar, encontró el cadáver de la madre de la joven adentro de la vivienda del ex policía.
A partir de entonces, equipos especializados de forenses realizaron excavaciones en el patio de la vivienda de Osorio, en busca de cadáveres, y encontraron los cuerpos de al menos 10 personas, según la información que circuló entonces, basada en peritos forenses.
Además, las pesquisas se extendieron a un terreno frente a la casa de Osorio, en busca de cadáveres de personas reportadas como desaparecidas.
La Fiscalía salvadoreña había pedido 100 años de prisión contra el «Asesino de Chalchuapa», que en la actualidad, tiene 53.
