Según la ley y la Constitución, argumentó, ‘todo el mundo es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad. Y no hay pruebas. Así que es inocente’, recalcó.
Recordó que todas las sanciones judiciales contra el fundador del Partido de los Trabajadores fueron anuladas y que, por lo tanto, es inocente, y no está en juego una discusión al respecto.
‘Es un derecho no ser ni Lula ni (el presidente Jair) Bolsonaro, pero es un enorme y tremendo error a estas alturas inhabilitar a Lula después de todo lo que ya ha pasado, todas las acciones del Tribunal Supremo, que declaró nulos todos los cargos’, insistió.
Amorim remarcó que ‘Lula es inocente, es inútil decir que no lo es. áEs inocente!’.
El exdirigente obrero amplió su ventaja sobre el mandatario en las intenciones de voto para las elecciones de 2022, reveló un sondeo el 1 de septiembre.
La investigación de la consultora Queast Consulting y Genial Bank, correspondiente a septiembre, mostró a Lula con casi la mitad de las papeletas para gobernante en la primera vuelta, pasando a la segunda con Bolsonaro y también ganando la disputa.
En cinco escenarios de primera ronda, el expresidente lidera con una oscilación entre un 44 y 47 por ciento de las intenciones de voto y el mandatario tiene entre el 25 y 26 por ciento.
En una virtual segunda vuelta entre ambos, Lula obtendría el 55 por ciento de los votos y el exmilitar un 30 por ciento del electorado.
Solo el excapitán del Ejército ganaría en una posible segunda ronda contra el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco (36 a 33 por ciento).
Para el sondeo, dos mil personas fueron entrevistadas mediante un cuestionario presencial entre el 26 y 29 de agosto en los 27 estados.
El margen de error es de 2,0 puntos más o menos y el nivel de confianza es del 95 por ciento.
La creciente impopularidad de Bolsonaro coincidió con el avance de los trabajos de una comisión del Senado, que investiga la gestión gubernamental ante la Covid-19, que cobró hasta la fecha más de 580 mil vidas y cerca de 21 millones de contagios.
Por su parte, la intención de voto de Lula se fortaleció desde que recuperó sus derechos políticos tras un juez del STF anular todas sus condenas.