Telesur
Respetar el proceso y el resultado de las elecciones parlamentarias en Venezuela el próximo 6 de diciembre, fue el llamado hecho este jueves por personalidades de la política, la ciencia y la cultura de América Latina, el Caribe y Europa, a las autoridades de la Unión Europea.
El texto expresa que “si la Unión Europea apostara verdaderamente a ser un vector de paz en un mundo de turbulencias, no debería sostener la vía de la violencia y de la confrontación en Venezuela. Por eso le pedimos que respete el resultado electoral del próximo 6 de diciembre y apoye la voluntad democrática de los venezolanos”.
Entre los firmantes se cuentan: el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, el premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel; el músico británico Roger Waters, el candidato presidencial francés Jean-Luc Mélenchon, los intelectuales Ignacio Ramonet y Atilio Borón y el teólogo brasileño Frei Betto.
Los signatarios enviaron la comunicación al excanciller español Josep Borrell, ahora mismo alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, quien en días pasados lideró la ofensiva diplomática contra Caracas. La convocatoria a respetar la “soberanía y la autodeterminación del pueblo venezolano” recoge, además, la denuncia de las presiones de Estados Unidos y su objetivo de imponer un cambio de régimen en el país sudamericano.
El comunicado recuerda que “a pesar de sus reiterados llamamientos al diálogo en Venezuela, la Unión Europea se negó a aceptar este nuevo consenso democrático. Y decidió, finalmente, rechazar la invitación del Estado venezolano a enviar observadores para garantizar el buen desarrollo de los escrutinios”. De acuerdo a los firmantes “esta contradicción es producto de la permanente presión de la administración de los Estados Unidos, inmersa en una operación cuya prioridad no es el respeto a la democracia o a los procesos electorales, sino el ´cambio de régimen´, cueste lo que cueste” y reprochan que “este alineamiento con la política de los halcones de Washington es una grave señal de abdicación de una política exterior independiente que se venía exhibiendo en numerosos discursos de intención”.