Riad/PL
La ONU tiene que ejercer su autoridad para detener las hostilidades, imponer una tregua humanitaria y retirar las milicias extranjeras de Siria, demandó la Organización de Cooperación Islámica (OCI) en un comunicado divulgado hoy aquí.
Tras sostener una reunión extraordinaria en su sede permanente de la ciudad saudita de Jeddah, el Comité Ejecutivo de la OCI consideró necesario que el Consejo de Seguridad de la mayor organización mundial ‘asuma sus responsabilidades bajo la Carta de la ONU’.
La declaración pidió el involucramiento de la comunidad internacional para poner en vigor el cese de los combates en Siria e instalar una tregua humanitaria para la rápida intervención, levantar el sitio que sufren los civiles atrapados y proveerles protección, sobre todo a mujeres y niños.
Además, el pronunciamiento abogó por la retirada de los que define como milicianos extranjeros de las ciudades sirias, especialmente de Alepo, y establecer corredores seguros para los civiles.
El Comité Ejecutivo de la OCI, integrado por Arabia Saudita, Kuwait, Turquía, Egipto, Gambia y Uzbekistán, así como el secretario general, insistió en que se ejecuten las resoluciones vinculadas a la crisis siria.
Para el Secretariado General, resultaba impostergable una reunión de emergencia del comité a nivel de la cumbre islámica para debatir el deterioro de la situación en la nación árabe y en su segunda ciudad, Alepo.
Aunque países influyentes de la OCI apoyan abiertamente el derrocamiento del presidente Bashar Al-Assad, los delegados instaron a adoptar resoluciones de la tercera cumbre islámica celebrada en Estambul para acercar posiciones de los estados miembros sobre esa crisis y otras del mundo musulmán.
‘Ante el continuo fracaso del Consejo de Seguridad para cumplir su deber en lograr paz y seguridad en Siria, se necesita una solución pacífica a la crisis referida a reanudar el proceso de negociaciones dentro del marco del comunicado de Ginebra y las resoluciones de la ONU’, reclamaron.
La reunión de Jeddah se efectuó a propuesta de Kuwait, que preside la 42 sesión del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la OCI, y se supone que resumió el sentir de los 57 estados de mayoría musulmana para discutir el ‘deterioro de las condiciones humanitarias’ en Alepo.
Varios países islámicos están implicados en el conflicto sirio con apoyo a alguno de los beligerantes, pues el gobierno de Damasco es respaldado por Rusia e Irán, mientras los opositores son asistidos, financiados y armados por naciones occidentales y del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).
De los miembros de la OCI, además de Irán, se señala a Arabia Saudita, Qatar y Turquía como los principales relacionados con el conflicto sirio, pero al lado de quienes intentan derrocar a Al-Assad.
Según reiteradas denuncias de Damasco, Riad, Ankara y Doha dan apoyo financiero y logístico a grupos takfiristas (terroristas sunnitas) armados como el Estado Islámico y el Frente Fateh Al-Sham, nuevo nombre adoptado por el Frente Al-Nusra tras su ruptura con Al-Qaeda.