Ahora no existe justificación alguna para mantenerlo detenido, escribió Williamson en su cuenta de Twitter, en una primera reacción al anuncio hecho este martes por la justicia sueca.
El legislador, quien durante muchos años militó en el Partido Laborista, pero ahora aspira a ser reelecto a la Cámara de los Comunes como independiente, apuntó que ‘en cualquier democracia respetuosa de la ley, el ministro del Interior debe ordenar la inmediata liberación’ del periodista australiano.
Assange, quien niega los cargos imputados por la justicia sueca, está detenido en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, sureste de Londres, desde abril pasado, cuando fue arrestado por Scotland Yard en la embajada de Ecuador, lugar donde se asiló siete años atrás precisamente para evitar ser extraditado al país nórdico.
Tras ser sacado en andas de la legación diplomática, el ciberactivista fue condenado entonces a 50 semanas de cárcel por violar la fianza concedida por una corte británica en 2012, en relación con la investigación sueca.
Tras cumplir más de la mitad de esa condena en septiembre pasado, el periodista australiano es elegible para salir en libertad condicional, pero la jueza del Tribunal de Magistrados de Westminster responsable de su caso determinó que Assange debe esperar en prisión a que la justicia británica decida sobre su eventual extradición a Estados Unidos.
El juicio sobre la solicitud presentada por los fiscales estadounidenses inmediatamente después de su arresto en la embajada de Ecuador está fijado para el 25 de febrero de 2020.
Estados Unidos, que pretende juzgarlo por divulgar en Wikileaks miles de documentos secretos de la diplomacia y el Ejército norteamericanos, presentó 18 cargos contra el periodista, que enfrenta una condena de hasta 170 años de cárcel.
Al respecto, el actual editor de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson, aseguró este martes tras saludar el anuncio hecho por Suecia, que lo importante ahora es enfocarse en la amenaza sobre la cual Assange ha venido alertando durante años: la acusación estadounidense y el peligro que representa para la libertad de expresión.
La víspera, durante una breve audiencia técnica para preparar el juicio de extradición, el equipo de la defensa del ciberactivista reiteró que la salud de su cliente está muy deteriorada como resultado de tantos años de encierro, y se quejaron de que este no cuenta con un ordenador adecuado para preparar sus argumentos.