Francisco Américo Mejía
Desde hace algunos años se ha destacado un componente importante de la estrategia del imperialismo para derrocar a los gobiernos que le son molestos u obstáculos para el establecimiento o mantenimiento de su hegemonía, tadalafil gobiernos que son considerados enemigos en la lucha geopolítica por el dominio de las zonas del planeta. Los elementos de esta estrategia son los siguientes:
•Existe una serie de gobiernos que el imperialismo considera hostiles y por lo tanto los quiere cambiar, prostate pese a que estos gobiernos tengan legitimidad democrática ya que fueron aprobados en elecciones que cumplen con los estándares internacionales.
•La estrategia busca un motivo (real o aparente) para que un grupo previamente preparado (que incluye a varias fuerzas de derecha y a organizaciones que reciben ayuda o son montadas por las instituciones de ayuda imperialista), tome la calle y una plaza emblemática para crear una crisis, la cual se busca que se agrave; para lograr esto, puede ser necesario crear mártires, acusar al gobierno, crear desconfianza, profundizando hasta llegar a tumbar al gobierno indeseado. Para todo esto es fundamental el monopolio de los medios de comunicación nacionales y el apoyo de la maquinaria mundial.
•En caso de triunfar, el nuevo gobierno debe ser marcadamente de derecha, neoliberal y profundamente pro imperialista. En caso de que no se triunfe, se deberá volver a intentarlo las veces que sea necesario, hasta lograr el fin o, que el desgaste sea tan grande que haga perder a dicho gobierno en las futuras elecciones y esperando conquistarlo con el gane de una derecha pro imperialista.
•¿Qué pasa en países que tienen gobierno de procedencia de izquierda revolucionaria pero que no representan una amenaza inmediata para los fines imperiales?
Veamos varios ejemplos que ilustran esta estrategia, para entonces enfocar sobre la pregunta ¿y nuestro país?
Venezuela: El presidente Chávez inició una serie de reformas que afectaron la tenencia de la tierra, para beneficiar a mayorías de campesinos, otras leyes beneficiaron a pobladores de las zonas marginales; afectar la tenencia de la tierra desencadenó una ofensiva de los burgueses terratenientes, dueños además de buena parte del comercio exterior. Se iniciaría en 2001 el proceso de derrocamiento del presidente Chávez, creando-sosteniendo “una crisis), logrando separar momentáneamente al presidente Chávez del gobierno, el 11 de abril de 2002, pero finalmente restituido por la alianza entre el pueblo y la Fuerza Armada.
Con el presidente Maduro se ha intentado otra vez la referida estrategia. Como lo relataban los medios en ese momento (TeleSur) “El martes 12 de marzo 2014 se cumplía un mes desde que grupos violentos de la extrema derecha venezolana empezaron a ejecutar sus planes golpistas en contra del Gobierno democrático de Nicolás Maduro a través de las llamadas “guarimbas” (cierre arbitrario de calles) y acciones violentas que ya dejan más de 20 muertos. Los extremistas exigen “la salida”, que no es más que la renuncia del jefe de Estado, ultrajando la voluntad del pueblo reflejada en las elecciones del 14 de abril del pasado año, que aprobaron la continuidad de la Revolución Bolivariana iniciada por el Comandante Hugo Chávez. Las victimas creadas por la extrema derecha venezolana pasaron de 40, y los familiares han logrado que se conozca la verdad de dichos crímenes, contraria a la información distorsionada que los medios del sistema han transmitido. Hay prisioneros en Venezuela acusados de hacer llamados públicos a ejercer la violencia de sus partidarios y llamado al pueblo en general y por alentar los crímenes.
Brasil: En las elecciones a finales de 2014, Dilma Rousseff obtuvo en primera vuelta el 41.59% de los votos (más de 43 millones de personas) contra el 33.55% del candidato de la derecha neoliberal. En el balotaje, la presidente Rousseff obtuvo el 51.64%; la estrategia imperialista ha tomado como caballo de batalla la corrupción localizada en la estatal PETROBRAS, los grupos montados desde hace algunos años junto con las organizaciones y partidos de la derecha, han levantado manifestaciones y plantones (sumadas la población movilizada en los diferentes lugares llega a un poco más 100 mil personas) pidiendo la renuncia de la presidenta Rousseff.
Ecuador: El presidente Correas ganó las elecciones del 2013 con el 57.17% de los votos válidos (casi 5 millones de personas). Hace unos meses envió proyecto de ley, el cual grava las herencias mayores de 500 mil dólares, lo que dio la excusa para que los grupos neoliberales, que se han estado preparando desde hace algún tiempo, salieran pidiendo la renuncia del presidente Correas. Para ver mejor lo que pasa hay que observar la globalidad de Ecuador y la lucha de clases que ahí se desarrolla, por ejemplo el 19 de marzo del presente año, hubo marchas contra el gobierno organizada por la oposición pro imperial neoliberal:
“Las enmiendas a la Constitución, que plantean la reelección indefinida del presidente de la República; las leyes de Aguas y Tierras; las reformas al Código Laboral; el libre ingreso a las universidades públicas, son entre otras las medidas contra la que luchan los manifestantes”.
“Por eso protesto, porque nuestras libertades de elegir están eliminadas”, señaló un estudiante universitario. Al frente de la misma calle, César Jaramillo, un administrador de empresas de 40 años, rechazaba la manifestación. “Estoy aquí por el amor a mi país, porque creemos en la Revolución Ciudadana, porque estamos convencidos de que lo que ha hecho el presidente Correa no lo ha hecho ningún otro mandatario como reducir la pobreza, mejorar los servicios públicos, construir vías de primer orden, construir hospitales. Si no quieren ver todo esto es porque son ciegos, totalmente ciegos” (TeleSur)
Ucrania: El caso de Ucrania es muy complejo, pero reducido al hecho que queremos destacar aquí, podemos decir: el presidente Janukovich fue electo con el 52% de los votos válidos a finales de 2009, tomando posesión a inicios del 2010. Pocos meses después de la toma de posesión se descubren los grandes fraudes realizados por los gobiernos neoliberales anteriores, producto de lo cual encarcelan a Yulia Tymoshenko, lo que la ultraderecha ucraniana y los gobiernos de la UE rechazan (no sólo por el hecho de haber sido su instrumento en la lucha contra Rusia si no, secundariamente, pero beneficioso, por ser una mujer). Posteriormente Janukovich declara el idioma ruso como segunda lengua de Ucrania (esto es comprensible si recordamos que la población con la lengua rusa como lengua materna en Ucrania es el 37.8% y además casi dos tercios de los ucranianos habla ruso, de los primeros, el 21.9% son familias rusas con nacionalidad ucraniana), sin embargo para los ultranacionalistas y los grupos neonazis, esto era inaceptable. El 30 de marzo de 2012 Yanukovich y los líderes de la Unión Europea (UE) firman un tratado de adhesión de Ucrania a la UE, el que posteriormente no se firma porque Yanukovich señala que hay cláusulas que lesionan el interés del país y porque la UE pide la liberación de Tymoshenko y Lutsenko como condición previa a la firma. Rusia le ofrece ayuda a Janukovich.
El 21 de noviembre se producen en Kiev varias concentraciones en la Plaza de la Independencia exigiendo al gobierno retomar el diálogo con la Unión Europea. La concentración aglomeró a cientos de miles de personas en todas las inmediaciones de la plaza, con discursos diarios de líderes políticos opositores e íconos culturales extranjeros que venían en señal de motivación y apoyo.
A comienzos de enero de 2014 las protestas se fueron radicalizando y expandiendo a lo largo del centro y oeste del país y con algunos focos en el este, mayoritariamente ruso. La exigencia no era solo el cambio económico a Europa, sino el cambio total de gobierno.
La noche del 19 y 20 de febrero Yanukóvich y los principales líderes de la oposición acordaron una tregua, y el desarme de las barricadas colocadas en la plaza de capital anteriormente como medida de contención a las fuerzas policiales. Más de 80 personas murieron entre martes y jueves en Kiev. Las agencias internacionales contaron que fueron enfrentamientos entre policía y manifestantes, sin embargo, medio año después se supo que los muertos se debían a francotiradores mercenarios contratados por los neonazis, éstos que finalmente toman el poder en Ucrania y deciden arrasar con los funcionarios administrativos del gobierno anterior y sus empresas, en verdaderas acciones de matones y humillantes a los funcionarios agredidos; en sus excesos atacaron sinagogas judías e iglesias ortodoxas y la señora Tymochenko ya liberada, llamó a asesinar a la población rusa de Ucrania.
El 21 de febrero se aprobó un acuerdo entre Yanukóvich y la oposición para adelantar las elecciones, formar un gobierno de transición, volver a la Constitución de Ucrania de 2004 – la cual cuenta con enmiendas respecto a la Constitución de Ucrania de 1996 – y frenar la violencia. En la madrugada del 21 al 22 de febrero el presidente Víktor Yanukóvich, abandona la capital y desaparece por la amenaza de aniquilación que pesa sobre él. El 22 de febrero, por la mañana, la Rada Suprema tomó el control del país votando, por mayoría constitucional, la vuelta a la Constitución de 2004, acordada el día anterior. Sólo después de dicha vuelta al sistema político parlamentario, en lugar del presidencial, Oleksandr Turchínov asumió la presidencia del parlamento, previa renuncia por escrito del presidente anterior, Vladímir Rybak, que excusó su ausencia en la sesión plenaria por motivos familiares. Al día siguiente, Turchínov fue nombrado asimismo primer ministro en funciones con el fin de realizar la coordinación de tareas de gobierno. El golpe se había consumado.
Estudiemos el caso de El Salvador: La oligarquía salvadoreña siempre tuvo al gobierno como su principal instrumento de enriquecimiento, por lo que resiente profundamente la pérdida de dicho instrumento, y por lo tanto deciden que deben recuperarlo a cualquier precio. En este marco, mantienen una campaña mediática y política que se caracteriza por amplificar las debilidades de los funcionarios de gobierno, inventar hechos o deformarlos para que cumplan la función de debilitar al gobierno del profesor Sánchez Cerén, difamar, mentir como instrumentos para atacar, ocultar los casos de corrupción de sus miembros caídos en desgracia como el ex presidente Flores, caso CEL-ENEL, hospitales, carreteras, etc. El siguiente paso ha sido movilizar grupos descontentos para crear conflictos (tomas, huelgas, marchas, etc.) y llegar a una crisis que entorpezca el desarrollo normal de la vida del gobierno y del país. Dentro de este contexto, grupos de organizaciones pequeño burguesas realizan acciones declarativas y analíticas, que apoyan los planes de la derecha oligárquica neoliberal.
Significa esto que ¿El Salvador está en la lista imperial? La verdad es que parece que la oligarquía salvadoreña no cuenta con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos, solamente personajes de la ultra derecha estadunidense vinculados a carteles cubanos, a la contra nicaragüense, a los venezolanos de Miami, la derecha española, etc. apoyan abiertamente a la ultraderecha salvadoreña. En las valoraciones geoestratégicas de los Estados Unidos, le interesa mantener bajo su influencia al “triángulo norte” (Guatemala, Honduras y El Salvador) y el gobierno de Sánchez Cerén ha sido prudente en el trato con el gobierno de Obama aunque ha iniciado relaciones no sólo con Cuba sino con Rusia y China moderadamente. A su vez el partido de la ultraderecha está muy desprestigiado por corrupto y sus vínculos con el crimen organizado, por lo que no son alternativa para Washington.
La ultraderecha aprovecha muy bien la recomendación de que “en caso de que no se triunfe, se deberá volver a intentarlo, hasta lograr el fin o que el desgaste haga perder al gobierno bajo asedio, en las futuras elecciones”. En esta posibilidad se ven varios partidos con su oportunidad de pasar a primera escena en la política del país. Desde el día del triunfo del segundo gobierno del FMLN, la ultraderecha se planteó su derrocamiento. En los primeros momentos intentaron la toma de calles, pero al no contar con el apoyo de la gente, ni con el de Estados Unidos desistieron y enfilaron sus medidas en el boicot y la acción destructiva. Para esto han contado con su partido, el apoyo de las gremiales empresariales y de grupos políticos pequeño burgueses, otros organismos del Estado, los medios de comunicación escritos, radiales y televisivos, un grupo de “analistas”, gremiales marginales o pequeñas de docentes, médicos y empleados públicos y porque no decirlo, conjugando con las acciones de la delincuencia.
El gobierno, el partido FMLN y las fuerzas progresistas del país deben prepararse para contener estos propósitos regresivos a la democracia y dar la lucha por defender los logros conquistados con los Acuerdos de Paz; como pueblo debemos apoyar las medidas que disponga el gobierno, si es que realmente queremos vivir en paz y en progreso.