San Antonio / AFP
El exalcalde de San Antonio, Julian Castro, que integró la administración del demócrata Barack Obama, anunció su candidatura para convertirse en el primer presidente hispano de Estados Unidos.
«Soy candidato a la presidencia de Estados Unidos», declaró Castro, de 44 años, ante cientos de partidarios reunidos en una plaza de San Antonio, su ciudad natal.
Se espera que Castro, considerado como una promesa del Partido Demócrata, compita con un gran número de candidatos diversos en la carrera por enfrentarse al presidente republicano, Donald Trump.
El anuncio, comunicado bajo el lema «Una nación, un destino», llega en un periodo en el que Trump ha convertido la inmigración en un tema candente. De hecho, parte de la administración federal está paralizada porque los demócratas, mayoritarios en la Cámara de Representantes, se niegan a desbloquear los 5.700 millones de dólares que el presidente exige para construir un muro en la frontera de México.
Nieto de una inmigrante mexicana, Castro abordó la cuestión migratoria ante la multitud congregada en San Antonio. «Decimos no a la construcción del muro y sí a la construcción de comunidades», dijo.
De momento su perfil es el de un actor secundario en una carrera en la que podrían participar varios pesos pesados del partido como el exvicepresidente Joe Biden; los senadores Bernie Sanders, Elizabeth Warren y Kamala Harris; y hasta el multimillonario Michael Bloomberg.
Conocido por sus dotes de orador, el telegénico Julian Castro fue secretario de Vivienda de Obama y alcalde de la séptima ciudad de Estados Unidos. Ahora se convierte en el tercer candidato presidencial de peso en cuatro años, tras los senadores republicanos Ted Cruz y Marco Rubio, que perdieron ante Trump en las primarias republicanas en 2016.
Puede que su candidatura despierte el entusiasmo por los demócratas entre los electores hispanos, que apoyaron a Hillary Clinton, pero en menor medida que a Obama.
Castro se dio a conocer en Estados Unidos en 2012, cuando se convirtió en el primer latino en dar un discurso durante la convención nacional demócrata.
Cuatro años después, fue uno de los finalistas para ser candidato a la vicepresidencia junto con Hillary Clinton.
Muy crítico con Trump, ha recordado que probablemente no estaría en Estados Unidos si la actual política migratoria hubiera existido cuando su abuela, que entonces era una niña, cruzó la frontera con México en 1922.