Bogotá/AFP
El exjefe negociador de paz de las FARC Iván Márquez está considerando no asumir el escaño en el Senado colombiano que le otorga el pacto paz con la ya disuelta guerrilla, anticipó en una entrevista.
El número dos del ahora partido de izquierda puso en duda su llegada al Congreso, a raíz de la captura y posible extradición a Estados Unidos de Jesús Santrich, sospechoso de narcotráfico y también exdelegado de paz de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
«¿Cómo hago yo para ir el 20 de julio a ejercer como senador, como una derivación del acuerdo de paz, y que me vayan a decir que soy narcotraficante?», cuestionó Márquez en entrevista con el noticiero CM&.
Tras la detención de su excompañero de armas el 9 de abril, Márquez se radicó indefinidamente en una de las zonas donde se concentran excombatientes en proceso de reincorporación social y económica.
«Me quedaré aquí el tiempo que sea necesario hasta que vea que hay garantías», dijo el exguerrillero de 62 años.
Márquez ha denunciado la captura de Santrich como un «montaje jurídico» y advirtió sobre el impacto negativo que tendrá en la implementación del acuerdo de paz que terminó con un conflicto armado de medio siglo.
Según él, quienes se oponen al proceso de paz buscan «provocar la desbandada» de los antiguos rebeldes hacia los grupos disidentes que se apartaron del acuerdo de finales de 2016.
En la década de los 80 Márquez ejerció como diputado antes de tomar las armas, en medio del exterminio del Partido Comunista al que pertenecía a manos de fuerzas de ultraderecha en complicidad con agentes estatales.
Él y Santrich hacen parte de la lista de diez congresistas de la exguerrilla que deben asumir sus bancas el 20 de julio, según lo convenido en las negociaciones de paz.
El presidente Juan Manuel Santos ha dicho que los excombatientes cuyas actividades se financiaron con narcotráfico, no serán extraditados siempre que no hayan cometido el delito después de la firma del proceso de paz.
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