Por Mohammad Davari
Teherán/AFP
Las discusiones entre la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) e Irán comenzaron este sábado en torno a la sensible cuestión de un eventual apartado militar del programa nuclear y medidas concretas para aumentar la transparencia.
La cita, medical que puede durar todo el día, case se enmarca en una hoja de ruta establecida en noviembre entre la AIEA e Irán, try que preveía seis etapas que debe cumplir Teherán de aquí al 11 de febrero, entre ellas la visita de expertos de la agencia a la planta de producción de agua pesada de Arak.
En un segundo tiempo, las discusiones deben abordar cuestiones «más difíciles», advirtió el director de la AIEA, Yuyika Amano, sin que se haya precisado si se han cumplido las seis condiciones requeridas.
El portavoz de la Organización Iraní de Energía Atómica (OIEA), Behruz Kamalvandi, afirmó el jueves que el alcance de la cooperación venidera dependerá de la evaluación que haga la AIEA de las medidas adoptadas estos tres últimos meses, según reseñó la agencia Isna.
Kamalvandi dijo asimismo que espera «que se disipen las dudas de la agencia» y que las discusiones podrían durar más en caso de grandes avances.
El equipo de la AIEA, dirigido por el inspector jefe Tero Varjoranta, inició antes del mediodía la reunión con responsables nucleares iraníes, encabezados por el embajador iraní en la AIEA, Reza Najafi.
La hoja de ruta fijada en noviembre tras dos años de negociaciones es distinta del acuerdo histórico suscrito poco después entre Irán y los 5+1 (Estados Unidos, China, Rusia, Francia, Gran Bretaña y Alemania).
En el marco de esta hoja de ruta, los inspectores de la AIEA visitaron el 8 de diciembre la planta de producción de agua pesada de Arak, uno de los escollos de las negociaciones nucleares entre Irán y las grandes potencias.
En teoría, Arak podría suministrar a Irán plutonio susceptible de ofrecer una alternativa al enriquecimiento de uranio para la fabricación de una bomba atómica.
En respuesta a esas inquietudes, el jefe de la OIEA, Ali Akbar Salehi, afirmó esta semana que Irán está dispuesto a «hacer algunas modificaciones en los planes para producir menos plutonio», aunque repitió que Arak es un reactor de investigación.
La hora de las cuestiones sensibles
Las actividades nucleares iraníes han sido el meollo de las inquietudes internacionales estos diez últimos años. Algunos países occidentales e Israel temen que oculten un apartado militar a pesar de los innumerables desmentidos de Teherán.
La AIEA intenta determinar ahora si Irán ha intentado dotarse de bomba atómica antes de 2003 o más tarde.
Después de las primeras medidas prácticas, Yuyika Amano dijo a la AFP en enero que había llegado el momento de abordar este tema altamente sensible.
«Hemos empezado por medidas prácticas y fáciles de aplicar, ahora pasamos a cosas más difíciles», subrayó. «Deseamos ciertamente incluir las cuestiones (relativas) a la posible dimensión militar en las próximas etapas».
La duración de esta nueva etapa «depende mucho de Irán. Depende realmente de su cooperación», añadió.
La AIEA reprocha desde hace muchos años a Irán su falta de cooperación, que alimenta las dudas sobre los objetivos de su programa nuclear, y deplora regularmente que sus inspectores no puedan visitar la base militar iraní de Parchin, sospechosa de haber albergado ensayos nucleares.
Las discusiones con la AIEA tuvieron lugar en paralelo con las mantenidas con las grandes potencias, que a finales de noviembre dieron el acuerdo de Ginebra por el que Teherán suspendió el enriquecimiento de uranio al 20% y congeló a nivel actual sus otras actividades nucleares, a cambio de una suspensión parcial de las sanciones occidentales.
La respuesta de Irán a los requisitos de la Agencia es esencial en estas últimas negociaciones ya que la AIEA está encargada de supervisar las medidas previstas por el acuerdo de Ginebra.