Bogotá/AFP
Cinco expresidentes iberoamericanos, cuyos países estuvieron marcados por enfrentamientos armados, respaldaron el acuerdo de paz entre el gobierno de Colombia y la guerrilla FARC, que se encamina a acabar con un conflicto armado que ha dejado más de 260.000 muertos en medio siglo.
«Lo que ocurre en Colombia hoy, lo que ocurra en el futuro, debería ir mucho mejor que lo que ocurrió en el pasado, es una noticia para Colombia, para América Latina y para el mundo», dijo el expresidente del gobierno español Felipe González (1982-1996) en el foro «Los beneficios de la paz en Colombia», realizado en Bogotá.
El exmandatario se refirió al acuerdo de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las marxistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que negociaron desde 2012 en Cuba para finalizar un conflicto armado de 52 años y que los ciudadanos deberán aceptar o rechazar en un plebiscito el 2 de octubre.
«Un mundo que no tiene buenas noticias, ni siquiera en el barrio en el que estamos, que tenga una buena noticia, nos debe llenar el corazón de alegría», afirmó el exmandatario, el tercer gobernante elegido por votación popular en España tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975.
El expresidente de Guatemala Álvaro Arzú, que firmó la paz en 1996 con la Unidad Nacional Revolucionaria Guatemalteca (UNRG), destacó el pacto de La Habana y aportó su «experiencia» de búsqueda de la paz con las principales guerrillas del país centroamericano tras más de tres décadas de guerra.
«La paz proporciona estabilidad, creo yo, no quiero pontificar alrededor de la paz, solamente contar mi experiencia. Pero la paz significa estabilidad», afirmó el exmandatario (1996-2000).
En tanto, el ex jefe de Estado chileno Ricardo Lagos (2000-2006) llamó la atención sobre «las paradojas de la historia», ejemplificadas, en el caso de Colombia, en la ayuda brindada por Cuba, «un país que exportaba guerrilleros» y ahora «está haciendo viable la paz».
«¿Qué era la guerrilla sino la expresión de parte de la guerra fría, de un segmento, de un hemisferio, del otro lado que quería traerla acá?», se preguntó Lagos, opositor a la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
«Todos hemos buscado la paz»
Como expresidente colombiano, Ernesto Samper, actual secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), cuestionó la oposición de sus compatriotas y también exmandatarios Andrés Pastrana (1998-2002) y Álvaro Uribe (2002-2010), al acuerdo de paz con las FARC.
«Los que hemos sido presidentes de este país, todos hemos buscado la paz, que no vengan a decir los que están en contra que ellos no la buscaron», dijo Samper (1994-1998).
«Otra cosa es que no hubieran podido conseguirla, pero uno no debe ser tan egoísta de que porque un sucesor sí la consigue de ponerle palos en la rueda», agregó.
El mandatario hizo referencia al fallido proceso de paz de Pastrana con las FARC llevado a cabo entre 1999 y 2002, en lo que se conoció como los Diálogos del Caguán, y al intentado por Uribe con el Ejército Liberación Nacional (ELN, guevarista) y con ese mismo grupo insurgente.
Las críticas de los expresidentes al pacto de La Habana apuntan principalmente al sistema de justicia, por considerar que los responsables de «delitos atroces» resultarán impunes.
Según lo negociado entre el gobierno y las FARC, quienes confiesen crímenes atroces ante un tribunal especial podrán evitar la cárcel y recibir penas alternativas. Si no lo hacen, y son declarados culpables, serán condenados a penas de ocho a 20 años de prisión.
Belisario Betancur, presidente de Colombia entre 1982 y 1986 y primer impulsor de conversaciones con las FARC en el fallido proceso de La Uribe en 1984, cerró el foro instando a no esperar otro medio siglo para sellar la paz.
«Cualquier paz en el mundo, aunque sea desventajosa es mejor que una guerra justa», subrayó el político de 93 años, en un discurso que fue aplaudido de pie por los asistentes.