César Ramírez
@caralvasalvador
En Suiza se considera la opulencia y la pobreza resultados de las deformaciones del capitalismo, así pobreza y opulencia son dos caras de la misma moneda. La opulencia es ofensiva al igual que la pobreza, pero ambas coexisten en nuestra sociedad, mientras los académicos proponen elaboradas tesis de Reformas Fiscales, Inclusión, desarrollo sostenible etc. la historia demuestra que el esquema general económico no funciona, ni contribuye a distribuir la riqueza en las poblaciones más vulnerables, en ello observamos una conjugación de elementos que potencian este fenómeno por ejemplo: los derechos humanos, acceso a la educación, salud, cambio en la cultura agrícola, oportunidades de movilidad social etc. son temas recurrentes en la realidad de la nación y quizás regional, agregando el nuevo fenómeno climático que impide la auto-alimentación familiar, lo cual potencia la migración hacia Estados Unidos.
La expulsión de nuestros ciudadanos es una incidencia histórica, en el siglo XX emigraron familias hacia EE. UU. en los años cincuenta, sesenta y setenta por aspiración económica, otra migración se debió a la expulsión de salvadoreños en Honduras y ello motivó la guerra entre nuestras naciones en 1969, en los años ochenta la guerra civil pronunció el fenómeno, luego los terremotos de 2001, ahora falta de empleo e inseguridad en diversas formas son los causantes; la migración es la respuesta del ciudadano ante la agresión económica, el ciudadano no tiene voz, ni ayuda, ni protección en la intemperie económica, el ciudadano se defiende emigrando de la asfixia estructural, lo cual es causado por el modelo económico y sus enormes desigualdades; algunos teóricos afirman que la expulsión de ciudadanos hacia EE. UU. fue impulsada para promover el mercado de las remesas así: “más emigrantes más remesas”, éste esquema favorece el consumo y mantiene a flote la economía, en consecuencia el consumo es el sector que más aporta a la economía nacional. El modelo actual obliga a que los asalariados reporten una reta imponible de más del 11 % mientras las empresas tienen el 2.5 %, se requiere por lo tanto impuesto predial, impuesto al patrimonio, reestructurar impuesto de la renta. Necesitamos un diálogo intersectorial en la nación, para contener la emigración y un nuevo modelo fiscal.
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