Por Florencia Rovira
Montevideo/AFP
El exrecluso de la cárcel estadounidense de Guantánamo Jihad Diyab, refugiado en Uruguay desde 2014, fue hospitalizado el lunes en Montevideo, al deteriorarse su estado de salud como consecuencia de la huelga de hambre que inició hace unos 20 días, informó a la AFP un allegado.
«A las 20H30 (23H30 GMT) ingresó» a un hospital de la capital, «lo trasladaron en una ambulancia», afirmó a la AFP una fuente que pidió conservar el anonimato, pero que estuvo presente en el momento en que Diyab, de 45 años, fue atendido por un médico.
«Estaba muy mal, la presión la tenía muy baja, tenía pocas pulsaciones, tenía muchos dolores», afirmó la fuente. «Está flaquito y muy deshidratado», añadió.
En un diálogo telefónico el domingo con la AFP, Diyab afirmó: «estoy en huelga de hambre» y aseguró que llevaba unos 20 días en huelga de hambre y sin ingerir líquidos desde el 1 de septiembre por la noche.
El exdetenido de Guantánamo ha manifestado reiteradamente su voluntad de dejar el país, adonde llegó en 2014 junto a otros cinco presos en calidad de refugiados como parte de un acuerdo entre los gobiernos de Estados Unidos y Uruguay.
Su resistencia a permanecer en este país, lo llevó a viajar a Venezuela, donde se presentó en el consulado uruguayo el 26 de julio solicitando que lo ayudaran a reunirse con su familia en Turquía.
En Venezuela, Diyab fue recluido en la sede de la policía secreta, donde no pudo ser visitado por activistas que siguen su caso ni hablar con su abogado estadounidense, Jon B. Eisenberg. Finalmente fue deportado a Uruguay el 30 de agosto.
Las autoridades venezolanas nunca se pronunciaron sobre su presencia en el país ni la legalidad de su detención. Mientras que la cancillería uruguaya tampoco ha respondido al pedido del ombudsman uruguayo respecto a qué fundamento jurídico tuvo su detención.
Reunificación familiar
Desde su llegada a Uruguay, Diyab había reclamado a las autoridades reunificarse con su familia, que vivía en plena guerra en Siria, pero que hoy se encuentra en Turquía. Y llevaba más de un año pidiendo que el Estado uruguayo le asegure los medios para vivir junto a ellos dignamente.
Pero tras su viaje a Venezuela, Diyab, quien utiliza muletas y padece dolores a raíz del trato que recibió en Guantánamo, expresó a la AFP que ya no confía en que el gobierno de Uruguay le ayude a establecerse en el país junto a su familia.
«Ya basta, hace un año y nueve meses que estoy aquí y no encuentran una solución a mi situación», expresó Diyab en referencia al gobierno.
Es por ello que insiste en vivir «en otro país» y en que ya no desea que su familia viaje a Uruguay en donde, alega, no podría sostenerlos.
La semana pasada, Christian Mirza, representante del gobierno uruguayo ante los expresos de Guantánamo, había confirmado que el ciudadano sirio estaba «con esa idea» de hacer huelga de hambre en protesta por su permanencia en el país.
El gobierno de Tabaré Vázquez, a través de su canciller Rodolfo Nin Novoa ha expresado que seguirán buscando la reunificación familiar del exdetenido, entanto que Turquía ha rechazado recibir a Diyab.
Durante sus 12 años de detención en Guantánamo, Jihad Diyab, también llamado Abu Wael Dhiab, recurrió a la huelga de hambre como método de protesta para denunciar su detención sin juicio.
En ese período fue víctima de alimentación forzada, un hecho por el cual inició un juicio contra el Estado norteamericano, al considerar que se trataba de un tratamiento inhumano.
Según Eisenberg, el caso fue «desestimado bajo el argumento que se había vuelto irrelevante», pero sigue en curso un juicio para lograr la divulgación «de los videos secretos, que el gobierno de Estados Unidos hizo de la alimentación forzada a Diyab».
Unos 16 medios internacionales pidieron la revelación de los videos. El próximo 8 de septiembre, una corte de apelaciones realizará una audiencia tras la apelación del gobierno estadounidense contra un fallo favorable publicar las grabaciones, informó el abogado.
«Creo que uno tiene que ver los videos del maltrato que sufrió Diyab en la bahía de Guantánamo para comprender cabalmente su situación actual, que parece estar en un punto de quiebre», expresó Eisenberg, quien los ha visto.