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Facer españas. La latinidad

Eduardo Badía Serra,

Director de la Academia Salvadoreña de la Lengua

Hemos recibido esta semana, la antología 2018 correspondiente al XII Concurso de Vivencias “Facer España”, del Premio Orola. Hace doce años, Orola Ediciones creó este Concurso de Vivencias, y hace cinco, el Premio Orola se orientó al tema de “Facer Españas”.  Para ellos, “Facer Españas” no sólo trata de eso sino también de “Facer las Américas”, buscando recoger la historia común de los pueblos hispanohablantes, lo mejor de su religión y de su cultura, reforzando los lazos del mestizaje y de nuestra identidad forjada a lo largo de cinco siglos de tarea común en las veintitrés repúblicas hispanas, en los Estados Unidos mismos, y por supuesto, en España. “Por eso, los escritores, poetas, narradores y soñadores escriben en español”, esta lengua de más de seiscientos millones en el mundo, dice el prólogo de la edición. Esta vez, la Antología recoge cien vivencias increíblemente ricas en contenido y en belleza de expresión, testimonio vital este que logra recoger pensamientos de hispanohablantes de todo el mundo, en forma de cuentos, relatos y poemas cortos, todos de una increíble calidad.

Esto del cuento corto, del relato efímero y del poema mínimo, es una tendencia que se proyecta fuerte y vibrante en nuestros días. Vale decir que muchos escritores, narradores y poetas lo están utilizando con maestría y soltura. Nada menos en el país, nuestra Academia inauguró el jueves anterior su programa  sobre el cuento corto, que contendrá seis conversatorios sobre esta temática durante todo el año; el jueves han conversado nuestra académica Lovey Arguello con nuestro también académico, laureado poeta, cuentista y novelista, el filósofo y abogado David Escobar Galindo, y el tema ha sido el de sus “Historias sin Cuento” que ha venido publicando desde hace ya algunos años en un  periódico nacional. El evento, celebrado en la Universidad José Matías Delgado, ha sido de muy grato contenido, de mucha profundidad, y ha provocado nuevas y esperanzadoras intenciones entre los asistentes.

Esta Antología del XII Premio Orola, cuyo primer premio ha ganado la geógrafa e historiadora madrileña Marta Sánchez Valdenebro con su cuento “Nosoros también fuimos”,  cuyo segundo premio lo obtuvo la  biotecnóloga mexicana Berenice Guadarrama Flores, bajo el seudónimo de Xoxouhtlahtolli, con su “Árbol, semilla y canto”, y cuyo tercer premio lo mereció Gustavo Máquez Vásquez, arquitecto venezolano, con “Retorno a la madre”, es muy rica en relatos y testimonios de gran calidad. Quisiera sólo apuntar dos en este Portal, para que degustemos un poco de tan buena literatura. Los dos van con Cervantes.

Va el primero:

“El sueño de Cervantes”, de M.a del Mar S. G.

“Dos hechos de la vida de Cervantes me duelen, lo confieso. El primero, los distintos castigos a los que fue sometido durante el cautiverio de Argel por sus reiterados intentos de fuga. Me duele especialmente que fuese colgado de los brazos, sabiendo cómo tenía el izquierdo desde Lepanto.

El segundo, que le fueren denegados los oficios que solicitó en el Nuevo Mundo, y que no llegase a pisar América; porque ese, como triunfar en el teatro, fue un gran sueño para Cervantes, el sueño americano, que era el sueño de España desde el s. XVI.

‘Tengo certeza de que hay cuatro puestos vacantes en América’, escribe en su solicitud al Consejero de Indias. El Secretario de la Comisión responde que ‘mejor busque por aquí donde se le haga merced’.

No había destacado en méritos: herido en un brazo, endeudado, arruinado; había estado en la cárcel, no tenía méritos. Cervantes no tenía méritos.

Y responde así a la negativa, como un bien nacido: ‘De buen deseo suplico a vuestras mercedes del agradecimiento en las suyas que merecen, solo porque entiendan que no soy yo desagradecido’. Y a otra cosa.

Lo que me duele es la falta de reconocimiento en vida, pero antes o después todo llega, y a lo pasado, pasado. ‘Pues como ni el bien ni el mal son durables, habiendo durado tanto el mal, el bien tiene que estar cerca’. Lo dijo Cervantes.

Lo dijo Cervantes, y yo lo creo. Que así sea.”

Vamos al otro:

“La Carta del Manco”, de Francisco Javier S. V.

“…En el aire aventábanse ya las mismas de los hideperros de los turcos, mas para mi desgracia estaba yo con calenturas.

Deliraba, recordábanseme de pronto las calles de Génova y aquel mandracho donde, amén de los rubios cabellos de las genovesas, conocí también la suavidad del treviano, el valor del montefrascón, la fuerza del asperino y lo espíritus de los buenos vinos hijos de Baco.

Presa era de quebrantos. Asábanseme los sesos como en la parrilla de san Lorenzo y no regía. Mas cuando dispensáronme para soterrarme en bodegas y dejar pasar el combate, alceme con redaños para responder al capitán que más quería morir peleando por Dios y por su rey que esconderme so cubierta.

Batímonos con el malhadado turco. Y los condenados tenían bombas de fuego hechas de alquitrán, que prende incluso en el agua; tenían astas y flechas llenas de empecibles; tenían yerbas cuya ponzoña mata al incauto; mosquetes e incluso cañones. Y mucha confianza, que es la mejor ventaja que haya.

Mi hermano Rodrigo y yo luchamos con denuedo. En pie, por el rey y por Dios. Y con orgullo puedo deciros lo que a buen seguro ya sabéis. Vencimos al turco allá donde los pontificados llaman Lepanto.

Un arcabuzazo desbaratome el brazo izquierdo  parece que ha de quedar inútil la mano izquierda, razones por las que llevo en Mesina dos meses ya y otros tantos   que han de quedar, atendidos por próceres que me recuerdan a padre y al abuelo con sus cirugías y remedios. Mas no es precio alguno tras haber participado en la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros.

Y con eso Dios os dé salud, y a mi no me olvide. Sea, especialmente que a mí no me olvide y perdónenseme los pecados. Vale.

Firmado: Miguel de Cervantes y Saavedra.”

Los libros y las revistas esconden joyas. Estas que anoto, son sólo algunas. En nuestra Academia Salvadoreña de la Lengua, como ya he dicho anteriormente, hay mucho de eso y de otras cosas más, que enaltecen la cultura y regocijan el espíritu. No hay requisitos para acceder a ello, sólo acercarse y hurgar. Momentos gratos estoy seguro que se producirán, y estos son, por estos días, tan necesarios que hará bien aprovecharlos. Les esperamos a todos.

 

 

 

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