El expresidente francés Jacques Chirac, ícono de la política en su país y en el mundo por su condena de la guerra en Irak en 2003, falleció este jueves a los 86 años.
«El presidente Jacques Chirac falleció esta mañana, acompañado por sus seres queridos y en paz», anunció a la AFP su yerno, Frederic Salat-Baroux.
En homenaje al expresidente, el lunes será en Francia un día de duelo nacional y se celebrará una misa solemne en la iglesia parisina de San Sulpicio, anunció el Elíseo.
Chirac fue un «gran francés, libre», un «hombre de Estado que amábamos tanto como él nos amaba», declaró el presidente Emmanuel Macron en una alocución televisada.
El expresidente gaullista fue «el emblema de una Francia independiente y orgullosa, capaz de rechazar una intervención militar injustificada», añadió.
Luego, acompañado de su esposa Brigitte, Macron acudió a la residencia de Chirac en París, para rendir homenaje a sus restos.
Varios cientos de personas acudieron en la noche al palacio del Elíseo para firmar el libro de condolencias, que estará disponible hasta el próximo domingo.
Chirac fue presidente entre 1995 y 2007 y anteriormente alcalde de París y primer ministro. Fue un pilar de la derecha francesa gracias a sus 12 años en el poder, sus éxitos políticos y sus sonoros fracasos, a los que sobrevivió gracias a su habilidad política.
Dentro y fuera de Francia, Chirac será recordado además por el reconocimiento de la responsabilidad francesa en los crímenes nazis o sus advertencias ante el cambio climático.
Chirac también fue el primer presidente de la V República francesa condenado, por un escándalo de puestos de trabajo ficticios cuando era alcalde de París.
La Asamblea Nacional y el Senado observaron un minuto de silencio en su honor, y toda la clase política francesa, de la extrema izquierda a la extrema derecha, tuvo palabras de reconocimiento.
El expresidente socialista, François Hollande, saludó a «un combatiente» que «supo establecer un vínculo personal con los franceses».
«Es una parte de mi vida que desaparece hoy», declaró el también expresidente Nicolas Sarkozy, que fue ministro de Chirac y que mantuvo relaciones tumultuosas con él.
La Torre Eiffel, símbolo de la ciudad que Chirac gobernó durante 18 años (1977-1995), apagó sus luces en señal de duelo.
Los líderes mundiales también manifestaron su pesar. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, aseguró que se encontraba «conmovido y devastado» por la muerte del expresidente, a quien calificó de «gran estadista».
«Fue para nosotros, alemanes, un socio formidable y un amigo», aseguró el portavoz de la canciller alemana, Angela Merkel.
«Estadistas con su visión, capaces de dialogar con líderes de pensamiento diferente (…) hacen mucha falta», dijo el expresidente brasileño encarcelado, Luiz Inácio Lula da Silva, mediante un comunicado.
Chirac fue «un gran amigo de Marruecos», declaró el monarca Mohamed VI.
«Amaba a Francia, defendía la agricultura» declaró emocionado Omar Kerkoudi, un fan que acudió a las puertas del domicilio parisino del expresidente.
– Un animal político –
Chirac llegó a la presidencia francesa, el sueño de su vida para este hijo único de una familia burguesa parisina, tras dos intentos fallidos en 1981 y 1988 con sendas derrotas ante el socialista Francois Miterrand.
Electo en 1995 y nuevamente en 2002, dejó el poder en 2007, debilitado ya por un accidente cerebrovascular sufrido dos años antes. Le sucedió Nicolas Sarkozy, por quien no manifestaba el mismo fervor que su esposa Bernadette pese a pertenecer a la misma familia política.
El expresidente estaba enfermo y no aparecía en público desde hace años, víctima de «pérdidas de memoria». La última vez que se le vio en un acto fue en noviembre de 2014 en el Museo de Quai-Branly en París, que lleva su nombre desde entonces.
Frágil pero sonriente, estaba al lado del entonces presidente de Francia, el socialista François Hollande. Ironías de la historia, Chirac, exjefe del partido Reunión para la República (RPR), había dicho tres años antes que votaría por Hollande en la presidencial, y no por Sarkozy que buscaba su reelección.
Muy popular después de haber dejado el poder, Jacques Chirac no siempre tuvo el apoyo de sus conciudadanos. Tras su derrota en 1988 frente Miterrand, su esposa Bernadette había dicho que «los franceses no querían» a su marido.
El principal daño a su imagen vino del terreno judicial. Durante la presidencia estuvo protegido por la inmunidad, pero tras retirarse de la política tuvo que enfrentarse a la justicia. En 2011 fue condenado a dos años de prisión en suspenso por el escándalo de los empleos ficticios en París.
Chirac vivía en París con su esposa Bernadette en un apartamento a orillas del Sena prestado por la familia del exprimer ministro libanés Rafic Hariri. Solía pasar sus vacaciones en Marruecos.
El matrimonio Chirac tuvo dos hijas, Laurence, anoréxica desde su juventud y fallecida en abril de 2016, y Claude, que fue su consejera en comunicación.