Por Mauricio Funes
La derrota electoral de la izquierda según el FMLN.
La dirigencia del FMLN y la mayoría de sus ex candidatos han estado difundiendo explicaciones falsas sobre la debacle sufrida en estas elecciones que rayan en la ridiculez.
Solo evidencian una falta de autocrítica y hasta de sentido común.
Son la muestra palpable de su decadencia política e ideológica.
Han dado diferentes explicaciones sobre los resultados electorales y ninguna de ellas da cuenta de lo que realmente está ocurriendo en el FMLN.
Han dicho que la debacle se debió a un fraude preparado desde antes de las elecciones por Nuevas Ideas y el gobierno.
Es cierto que hubo fraude, tanto técnico durante el escrutinio, como constitucional y legal meses antes de las elecciones cuando se modificaron las reglas del juego para favorecer a Nuevas Ideas y a sus candidatos.
Sin embargo, la debacle electoral y política de la izquierda viene desde el 2018 y se profundiza en el 2019 y el 2021, cayendo a su punto más bajo en Febrero y Marzo de este año.
En las elecciones legislativas y municipales del 2018 el FMLN bajó su votación con respecto al 2015 perdiendo casi 350 mil votos, con lo que obtiene 23 Diputados y 64 alcaldías.
Menos escaños y gobiernos municipales que los ganados tres años atrás.
En el 2019, el FMLN siguió cayendo al pasar de 1 millón 495 mil votos en el 2014 a solo 390 mil.
Esta votación le hizo perder el control del Ejecutivo y pasó de primera fuerza política presidencial a una distanciada tercera posición.
En el 2021 volvió a caer logrando menos de 200 mil votos, lo que le permitió ganar apenas 4 Diputados, pasando a convertirse en cuarta fuerza política.
De 23 Diputados pasó a solo 4 y de 64 Alcaldías a 30 municipalidades .
Es de entender entonces que el fraude, el control y la manipulación del aparato electoral y la falta de recursos en el 2024 no es suficiente para explicar la debacle del FMLN, cuando esta viene de años atrás.
El ex candidato presidencial, Manuel “el Chino” Flores, ha dicho que perdieron las elecciones porque no tenían recursos económicos, porque además les robaron unos 500 mil votos (sin presentar pruebas de ese robo) y enfrentaron a todo el aparato del Estado que jugó en su contra.
Pero al revisar la historia nos encontramos que la izquierda siempre ha estado cuesta arriba en los procesos electorales y sin embargo sus resultados no han sido tan catastróficos como ahora.
En 1994, la primera elección en la que participa el FMLN como partido político legal luego de la firma de los Acuerdos de Paz, no tenía recursos económicos, ya que no había participado en procesos electorales anteriores y no tenía por tanto derecho ni acceso a la deuda política, que es el dinero que entrega el Estado a los partidos contendientes.
La derecha orquestó además una campaña mediática contra una fuerza a la que calificó de terrorista, a pesar de haber negociado con ella, con el agravante de que acababa de salir de la guerra.
No obstante y pese a esta falta de experiencia política y electoral, el FMLN obtuvo el 31.65% en segunda vuelta presidencial.
Esto es mucho más del porcentaje de la votación obtenida por el FMLN en Febrero pasado.
En las elecciones del 2004, que gana ARENA con Tony Saca, el FMLN enfrenta no sólo a todo el aparato de Estado controlado por ARENA y la oligarquía financiera y de servicios sino que debió enfrentar una millonaria campaña electoral que demonizó la figura de Shafick Handal, como Bukele no lo hizo ni por cerca con el “Chino” Flores.
De nuevo, a pesar de esa campaña difamatoria y de tener que enfrentar a todo el aparato de Estado, Shafick Handal obtiene 870 mil votos, es decir, 600 mil más de los obtenidos por Manuel Flores.
La distancia entre Shafick y Saca fue de unos 500 mil votos. Dato muy diferente a los 2 millones 500 mil votos que separaron a Nayib Bukele de Manuel Flores.
Aunque para el 2004 la izquierda partidaria ya contaba con recursos económicos provenientes de la deuda política y la solidaridad internacional, estos no se compararon a los voluminosos recursos financieros que manejó ARENA y el gobierno de Paco Flores.
No hay que pasar por alto que el ex Presidente Flores fue acusado de desviar 10 millones de dólares de la cooperación taiwanesa para apoyar la campaña presidencial de Saca.
Con esto pretendemos señalar que ni el fraude constitucional y técnico, ni la modificación de las reglas del juego electoral, ni la falta de dinero o el hecho de que el régimen manipuló el escrutinio para favorecer a Nuevas Ideas, explican por completo la inefectividad del FMLN y su debacle electoral.
Esos factores pudieron haber influido en los resultados, pero no son suficientes para dar cuenta del descenso catastrófico de las pasadas elecciones en las que el candidato presidencial obtuvo menos votos (-48%) que en las elecciones del 2019, y tampoco el hecho de que la bancada efemelenista desapareció del mapa legislativo y de los territorios con cero Diputados y cero Alcaldes.
No cabe duda que las causas de esta debacle electoral, política y territorial son otras.
El FMLN se distanció de sus principios fundacionales y se convirtió en un partido mercantilista distanciado del pueblo.
Luego de las elecciones generales del 2009 en que el FMLN gana por primera vez la Presidencia de la República y obtiene la mayor representación parlamentaria y territorial de los últimos años, la dirigencia del partido bajo control de José Luis Merino transforma al FMLN en una maquinaria para hacer dinero a costa de los recursos del Estado.
Merino era de la opinión junto a sus socios dentro y fuera del partido que ahora era el turno de ellos.
Es decir, ahora les tocaba a ellos usufructuar del gobierno y enriquecerse a costa de los negocios con el Estado.
Merino repite el experimento de ARENA, en tanto partido orgánico de la Oligarquía, para convertirse en representante de un nuevo grupo oligárquico vinculado a los intereses económicos respaldados por el petróleo venezolano.
Con la muerte de Shafick Handal, José Luis Merino, segundo al mando del PCS, toma el control del FMLN sin convertirse en Secretario General.
El proyecto Alba Petróleos, creado por Hugo Chávez y varios alcaldes del FMLN bajo la conducción partidaria de Shafick Handal, para fondear los programas sociales que reducirían las vulnerabilidades económicas de las familias pobres del país, acabó convirtiéndose en un nuevo proceso de acumulación capitalista que haría posible el surgimiento de una nueva burguesía, aparentemente de izquierda, pero que en el fondo reproduciría el esquema de acumulación de capital y riqueza propio del Neoliberalismo.
La izquierda copió los métodos de la derecha oligárquica para hacer dinero y acumular riqueza.
Eso fue lo que distanció al FMLN y a su grupo dirigencial de las aspiraciones e intereses populares.
Ya no importaba tanto satisfacer las necesidades de los pobres.
Ahora lo realmente importante era hacer negocios y acumular riqueza y para ello había que tener el poder o estar cerca de él.
En el 2012 comienzan los primeros acuerdos con la familia Bukele, cuando Nayib era Alcalde de Nuevo Cuscatlán.
Continuaron cuando fue Alcalde de la capital y se profundizaron cuando ganó la Presidencia en el 2019.
Merino tuvo mucho que ver en el lanzamiento de la carrera política de Nayib Bukele y en su rápido ascenso hasta alcanzar la Presidencia de la República.
En el gobierno de Sánchez Ceren (2014/2019) José Luis Merino y varios funcionarios cercanos a su línea de conducción hicieron negocios con proyectos del Estado.
Estos negocios permitieron el fortalecimiento de la empresas del Grupo Alba y el surgimiento de un nuevo grupo empresarial bajo su sombra con aspiraciones oligárquicas.
En este esquema de acumulación capitalista era necesario mantener el control del aparato de gobierno o estar cerca de él.
Bukele era el que más probabilidades tenía de ganar las elecciones del 2019 y por eso no resultó extraño que Merino pusiera una parte de los “huevos” en la canasta de GANA, partido que llevó a Bukele a la Presidencia.
Fue “vox populi” que José Luis Merino destinó recursos de Alba Petróleos para financiar la campaña del entonces caballo ganador (Nayib Bukele) en detrimento de uno de los perdedores, es decir, del que se suponía era su candidato partidario (Hugo Martínez).
Cuando algunos miembros de la Comisión Política actual sostienen que siendo gobierno el FMLN se distanció de las aspiraciones populares y no organizó a la gente en torno a la defensa de sus intereses, en el fondo pasan por alto que para una dirigencia partidaria que su propósito era acumular capital y aumentar su riqueza la defensa de los intereses populares quedaba en segundo plano.
La debacle del FMLN proviene del hecho que su dirigencia convirtió al partido en una fuerza donde la representación política y la organización territorial dejó de ser importante.
Lo fundamental era hacer negocios y para ello la relación con el gobierno de Bukele se volvía necesaria, pues ahora era el clan familiar Bukele y ya no más el FMLN o ARENA quien detentaba el poder del Ejecutivo, primero, y de todo el aparato del Estado, después.
Esto explica que el FMLN haya dejado de ser una fuerza de oposición y que su beligerancia se haya reducido considerablemente.
Las criticas de la Comisión Política del Frente no son al gobierno en sí sino a la Oligarquía y al Imperialismo.
La escasas referencias a la gestión pública han sido hasta ahora muy generales y abstractas.
Por otro lado, se ha convertido en un partido que casi no tiene vinculación con el movimiento social, llegando al punto de que algunos de la dirigencia han defenestrado su accionar al grado de afirmar que una parte de este movimiento está cooptado y financiado por la Embajada de Estados Unidos.
La Comisión Política y los ex candidatos de la fórmula presidencial así como los ex candidatos a Diputados y Diputadas rehuyeron el debate interno sobre los actos de corrupción por los que es investigado Merino en Estados Unidos, en Caracas y hasta hace unos años en El Salvador.
La empresas del Grupo Alba están siendo investigadas y acusadas de lavar 3 mil millones de dólares provenientes de la comercialización del Petróleo Venezolano y de otros negocios que no son más que empresas “fachada” que operan en paraísos fiscales.
Esta investigación no es un invento de Estados Unidos, ya que hasta el Presidente Maduro ordenó que se hiciera una auditoría contable del Grupo Alba por sospechas de lavado de dinero y activos.
Tampoco se pronunciaron cuando la Fiscalía de Rodolfo Delgado, quien dicho sea de paso trabajó para Alba Petróleos en el 2021 poco antes de ser designado Fiscal General, ordenó cerrar los expedientes de investigación penal que Raúl Melara había abierto en el 2019 siguiendo instrucciones del Departamento de Justicia y del Departamento del Tesoro de EEUU.
Cuál es la razón de no incluir el tema de las investigaciones por lavado de las empresas del Grupo Alba que dirige Merino?
No sería lógico, si existiera un verdadero y objetivo sentido de autocrítica, denunciar, debatir y combatir en el propio FMLN las consecuencias de esta operación de lavado, a todas luces ilegal y corrupta?
Es justamente esa actitud la que no se ve en los dirigentes actuales y ex candidatos del FMLN.
Por el contrario, rehúyen la discusión pública del tema bajo el peregrino argumento de que hay que fomentar la unidad y evitar hablar mal del “compañero” o “compañera”, siendo que es sabido que la unidad partidaria solo se construye aceptando los errores y administrando las diferencias.
Al evitar este debate, los dirigentes acaban siendo responsables de sepultar lo que queda de la izquierda partidaria y se convierten en cómplices de estos delitos.
Esta actitud deshonesta, carente de una objetiva y valiente autocrítica, está impidiendo la construcción de una fuerza de izquierda realmente revolucionaria y combativa, estrechamente articulada con las organizaciones populares y el movimiento social.
Por menos fueron expulsados del FMLN en el pasado Joaquín Villalobos y su gente cuando dieron sus votos a Calderón Sol y a Arena para aumentar el IVA del 11% al 13%, en el famoso “Pacto de San Andrés”.
En ese entonces, la tendencia de Villalobos, acompañada por el líder de la Resistencia Nacional, Eduardo Sancho, fue purgada del FMLN.
La votación de los Diputados de esta tendencia en acuerdo con la derecha para fortalecer financieramente al gobierno de ARENA en detrimento de los pobres fue considerado un acto de traición por la corriente que dirigía Shafick Handal y de la que paradójicamente formaba parte José Luis Merino.
El tema de la “traición” a los principios fundacionales del FMLN y de la “derechización” y “mercantilización” del partido no forma parte del debate interno.
Por lo visto, la CP actual no está dispuesta a extirpar del partido la tendencia “ramirista”, responsable de la debacle electoral y la crisis interna del FMLN.
Su apuesta es llevar a cabo un remedo de reorganización interna que deje intactas las estructuras de dirección del partido para continuar controlándolo y usándolo como mecanismo de acumulación de riqueza.