Bogotá/Colombia/AFP
El accidente aéreo que desmembró al club de fútbol brasileño Chapecoense en 2016 fue provocado por la falta de combustible y dejó al descubierto graves deficiencias de la aerolínea boliviana LaMia, concluye la investigación de la autoridad aeronáutica de Colombia.
El jet Avro con 77 ocupantes se precipitó a tierra el 28 de noviembre de 2016 cuando estaba por aterrizar en el aeropuerto internacional de Rionegro, que sirve a la ciudad colombiana de Medellín (noroeste).
El siniestro «se produjo por agotamiento de combustible del avión por consecuencia de una inapropiada gestión de riesgo de la empresa LaMia», dijo este viernes el coronel Miguel Camacho, jefe del grupo de investigación de accidentes de la Aeronáutica Civil de Colombia.
Setenta y una personas perdieron la vida, entre ellas 19 jugadores, 14 miembros de la comisión técnica y nueve directivos del club del sur de Brasil. Solo seis ocupantes sobrevivieron: una azafata, un técnico de aviación, un periodista y tres jugadores.
El avión que había partido de Bolivia cayó en el cerro El Gordo, ubicado a unos 2.600 metros de altitud en el municipio de La Unión.
El Chapecoense abordó el vuelo 2933 en Santa Cruz de la Sierra con destino a Medellín, donde debía disputar su primera final internacional frente al Atlético Nacional de Colombia por la Copa Sudamericana.
Las primeras pesquisas ya anticipaban que el aparato iba corto de combustible.
El fallecido piloto fue responsabilizado en principio y una decena de funcionarios de la aerolínea y del Estado están presos en Bolivia.
En más de un año de investigación, la Aeronáutica Civil de Colombia encontró suficiente «respaldo probatorio y técnico» para comprobar que el accidente lo desencadenó la mala operación de la aerolínea.
Cuarenta minutos antes del accidente se presentó «a bordo de la cabina una indicación de bajo nivel de combustible, desde ese momento el avión ya estaba en una emergencia», señaló el coronel Camacho.
Sin embargo, enfatizó que «la tripulación no anunció esa emergencia al control de tráfico aéreo para pedir una prioridad».
«La aeronave se abasteció con 9.073 kg de combustible, esta cantidad era insuficiente para volar entre Santa Cruz y Rionegro, la cantidad mínima debía ser mayor a 11.603 kg. Es decir que no cumplía con el requisito mínimo de combustible para un vuelo internacional», apuntó el oficial.
Otras de las conclusiones que extrajo un equipo de cinco países es que la compañía vivía una «situación económica precaria evidente en los pocos vuelos que tenía y en demoras en los pagos», que la llevaba a ahorrar costos de forma indebida.
Incluso, no era la primera vez que la compañía boliviana hacía una «gestión de vuelo en estas circunstancias críticas de combustible», agregó el responsable de la Aeronáutica.
De ahí que se «destacan deficiencias latentes de la empresa LaMia relacionadas con el incumplimiento de las políticas de combustible, falta de supervisión y control operacional», señala el informe.
Brasil, Gran Bretaña, Colombia, Bolivia y Estados Unidos participaron en la investigación, que libera de cualquier responsabilidad a los controladores aéreos de Rionegro.