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Faltó un verdadero informe a la nación

El presidente de la República, Nayib Bukele, se presentó el uno de junio en el Salón Azul de la Asamblea Legislativa, para presentar su informe de los tres años de Gobierno, pero solo se limitó a hablar de los tres meses del Estado de Excepción y, por ende, del tema de seguridad y sus resultados.

Si bien el presidente Bukele relacionó las distintas fases del Plan Control Territorial con la aparente “seguridad” que la ciudadanía percibe desde hace dos meses, esta no es por el éxito del Plan Control Territorial, sino por la captura de cerca de 40 mil supuestos pandilleros, a partir de la entrada en vigencia del Estado de Excepción.

La ciudadanía debería tener claro que para capturar a los grupos terroristas no es necesaria una ley de Estado de Excepción, solo basta obtener el visto bueno de la Fiscalía General de la República o la orden de un juez. Después de dos meses de la ley de excepción, el Gobierno y los cuerpos de seguridad, así como al ejército y la Fiscalía, han recurrido a la “delación ciudadana” para capturar a los supuestos terroristas.

Como parte de esas delaciones hay más de mil casos de capturados que no tienen ninguna vinculación con las pandillas o maras, simplemente porque alguien creyó que lo es, o simplemente es un líder comunitario o de la oposición.

El presidente Bukele, aunque no se refirió al pacto que mantuvo con las pandillas una vez ganada la presidencia para garantizar la disminución de los homicidios, ni a los medios que han develado esas acciones como “panfletos” de la oposición.

Está claro que el presidente no lo reconocerá jamás, aunque no ha negado la falsedad o veracidad de un audio en el que se escucha hablar la Director del Tejido Social, Carlos Marroquín, con cabecillas de la Mara Salvatrucha, donde abordan el tema del rompimiento de la tregua entre el Gobierno y ese grupo delincuencial, que dejó como saldo 87 personas muertas a finales del mes de marzo.

Y, aprovechando la aparente tranquilidad de la ciudadanía por los millares de capturas, el presidente Bukele anunció que está a punto de “ganar la guerra a las pandillas”. Una guerra, por cierto, no declarada, pues lo que hubo fue la orden de capturar a los pandilleros de la MS, quienes por cierto no prestaron ninguna resistencia.

El presidente desaprovechó para informarle a la ciudadanía que ha hecho en otros temas de igual importancia para los salvadoreños, como el tema de seguridad. Por ejemplo, cuál es el rumbo del país en el área de la economía.

Cómo enfrentará el país el tema de la deuda externa. Cómo solucionará el tema de la capitalización, dado que no ha logrado vender los bonos, y el FMI no le ha soltado los 1300 millones de dólares para equilibrar el presupuesto general de la nación.

No le ha explicado a la nación que de los efectos positivos esperados de la utilización del Bitcoin como moneda nacional, como ha mejorado esto las finanzas del Estado, y en qué momento la ciudadanía en general percibirá esas mejoras y cómo.

No explicó cómo el Gobierno contribuirá a paliar el alto costo de la vida, sobre todo por los altos precios de la canasta básica, pues está claro que lo hecho hasta hoy para evitar el pago de los altos precios de los combustibles no ha tenido ningún impacto en la canasta básica.

De acuerdo con las organizaciones sociales, el costo de la canasta básica en el último mes ha subido cerca de $30, lo que significa que un alto porcentaje de la población ha disminuido el número de productos para la alimentación diaria.

Tampoco se refirió al tema de las pensiones, que se suponía en septiembre del año pasado iba a presentar una propuesta “integral”. Algunos de sus ministros aseguran que la propuesta ya está lista, sin embargo ésta no se presenta a la Asamblea Legislativa.

Lo que sí hizo el presidente, además de hablar de las millares de capturas fue echarle la culpa a la ahora frágil oposición de los males del país, como si el responsable ahora de lo que no se haga o se haga es su Gobierno.

Además de ridiculizar y minimizar una vez más a la oposición, olvidando que un verdadero estadista debe presentar respeto por la minorías, así lo teorizó Norberto Bobio, con sus mensajes de odio, innecesarios por la aún gran popularidad, violan la Constitución, porque en el artículo 168, inciso 3 que le obliga a “Procurar la armonía social, y conservar la paz y tranquilidad… de la persona humana”.

Que tranquilidad puede haber en la persona humana, entre los salvadoreños, que solo escucha a menudo del presidente mensajes de odio, de desprecio y persecución.

Lo que sí hizo, una vez más, fue atacar a la comunidad internacional, poco le faltó declararles la guerra o enlistarlos como sus enemigos. En el discurso de Bukele, la comunidad internacional es innecesaria en su Gobierno.

Lo que sí hizo, también el presidente, es haber arrastrado a sus corifeos para pedir la reelección presidencial, ignorando que la Constitución de la República lo prohíbe.

Esto es lo que sucedió en el informe presidencial de los últimos tres meses de gobierno, en vez de hablar de los tres años consumidos de su mandato, y que solo le faltan dos.

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