Buenos Aires/AFP
Familiares de víctimas de la última dictadura argentina (1976-83) podrán consultar archivos ordenados y digitalizados de la Iglesia Católica sobre la represión ilegal, anunciaron el martes, en simultáneo, el Vaticano y autoridades de la curia en Buenos Aires.
«No le tenemos miedo a los archivos que contienen la verdad de la historia, aunque duela, la verdad ilumina», dijo el cardenal Mario Poli, al formular el anuncio en la sede de la Conferencia Episcopal en la capital argentina. La apertura de los documentos es un hecho histórico e inminente. Es un antiguo reclamo de los organismos defensores de derechos humanos.
Por decisión del papa Francisco, los datos quedarán disponibles para sobrevivientes del régimen y parientes directos de decenas de miles de muertos y desaparecidos. Ha concluido el «proceso de organización y digitalización» de archivos, dijo la Santa Sede en un comunicado.
En una primera reacción, el Premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel, dijo que es «algo muy importante, muy bueno». Pérez Esquivel fue galardonado por su labor en la divulgación internacional de los crímenes del régimen y la asistencia humanitaria a las víctimas.
«Ahora hay que ver si se brindará un informe general y si los jueces pedirán la información para las causas judiciales ya iniciadas», señaló el Nobel argentino. Más de 660 exjefes militares y policías han recibido condenas, muchas de ellas a prisión perpetua, desde que se anularon las leyes de amnistía en 2003.
La presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas, dijo a radio La Red que «es una buena noticia, esperada muchos años para ir desandando la historia desde la verdad».
El rol de la Iglesia en la dictadura ha sido motivo de polémicas. Cortiñas dijo que «hubo curas que integraron el terrorismo de Estado, como el exnuncio Pío Laghi en tiempos de la dictadura argentina.
Agregó que «él estaba al tanto de todo lo que ocurría porque jugaba al tenis todos los días con (el jefe de la marina, Emilio) Massera», condenado a cárcel perpetua en 1985, indultado en 1990, de nuevo juzgado a comienzos de siglo y muerto en lecho de enfermo.
En cambio, centenares de miembros de la Iglesia resistieron a la dictadura y muchos fueron desaparecidos. Dos obispos fueron asesinados por escuadrones de la muerte. Un grupo de curas palotinos y seminaristas fue fusilado en un templo, entre otros casos.
Mea culpa
Podrán ser consultadas unas 3.000 cartas de familiares de desparecidos pidiendo la ayuda de la Iglesia «y de las respuestas» que recibieron, dijo el cardenal Poli. El proceso de digitalización comenzó hace cuatro años.
Poli explicó que los documentos no serán abiertos a consulta pública, al menos por ahora. «Se trata de un material sensible y por eso privilegiamos la relación de la documentación con las víctimas, con un sentido de reparación, también para una reconstrucción de la historia», dijo.
«Es un servicio que hace la Iglesia a nuestra patria para la reconciliación de los argentinos que no se opone a la justicia», afirmó Poli.
El presidente de la Conferencia Episcopal, arzobispo José María Arancedo, aclaró que «el camino de la verdad es un camino de justicia y en última instancia a la reconciliación».
Consultado sobre si el material de los archivos arrojará luz sobre una eventual complicidad con la dictadura, Poli remarcó que «la Iglesia hizo lo que tenía que hacer».
«Hemos pedido perdón, no está ausente el mea culpa en nuestros documentos», recordó Arancedo.
Poli consideró que la Iglesia «actuó en el estrecho margen de la supresión de las garantías constitucionales. No es que no ha hecho nada, ha hecho muchísimo».
«El papa está detrás de esto y ve con agrado este paso que damos», dijo.
«Se entregará una copia fiel de los documentos», explicó Arancedo.
«Próximamente» será establecida la metodología de consulta, adelantó el cardenal.