José Roberto Osorio
Sociólogo
De acuerdo al Censo Escolar 2013 del MINED, viagra sale 1, buy viagra 665,729 estudiantes se matricularon ese año en todos los niveles, en el sector privado y público y en las zonas urbana y rural: 902,149, (54.16%), estudiantes acudieron a centros educativos de ambos sectores, ubicados en el área urbana y el 45.84% de ellos -(763,583)- a escuelas rurales. Aún con el fuerte proceso de urbanización experimentado en el país, la asistencia escolar a centros educativos rurales sigue siendo importante y por las notables brechas entre ambos territorios, tal vez se requiera diseñar un subsistema de educación para esa zona.
Todo sistema educativo reclama la participación de las familias en el proceso formativo de los hijos. El Plan Social Educativo vigente incluye entre los factores de éxito del nuevo modelo: “…la constitución y funcionalidad de la red alumno-maestro-familia-comunidad”. Un documento oficial datado en 2000 señalaba: “Muchos estudios plantean que la participación de los padres y las madres de familia en la educación de sus hijos es fundamental y contribuye mucho al éxito escolar…”.
El enfoque anterior tiene en cuenta la responsabilidad de las madres y los padres en la educación de sus hijos y la necesidad de colaborar estrechamente con los educadores. La participación de las familias en la vida escolar repercute en una mayor autoestima de los niños, mejor rendimiento escolar, mejores relaciones padres-hijos y actitudes más positivas de padres y madres hacia la escuela.
La Familia es la base de la sociedad civil, solamente en ella las personas pueden ser debidamente criadas, educadas y en su seno reciben los fundamentos del carácter que les hará buenos hombres y buenos ciudadanos.
En general, la familia cumple a nivel social las funciones de: a) procreación de los futuros ciudadanos; b) crianza, educación e integración social de las próximas generaciones; c) permite un equilibrio entre las generaciones; d) prevención de salud personal y social; e) permite que se cuiden la primera y tercera generaciones. La misma es el fundamento de toda sociedad bien construida, indispensable para el logro del bien común y del buen vivir y es la unión más natural y necesaria a la comunidad. Siendo anterior a cualquier otra institución, es primera en el orden de la naturaleza, en relación con las demás agrupaciones en las que el hombre y la mujer se pueden encontrar.
Sobre el particular, las cifras del Censo Escolar 2013, que de manera efectiva y pertinente indaga sobre el estado familiar de los estudiantes, informan que, a nivel nacional el 58% de los estudiantes vivía con su padre y su madre. El 28% de ellos, (466,267 estudiantes) vivían solo con la madre; un 3% con el padre -50,929- y, un 9.6% con familiares diferentes a los progenitores, lo que equivale a 159,570 estudiantes. Visto de otra perspectiva: un 42% de los estudiantes que se matricularon en 2013, no vivían en una familia integrada y completa. Esta relación incluye a 702,172 estudiantes de ambos géneros.
En el área rural, 457,901 estudiantes (60%), vivían con padre y madre; (26.5%) solo con la madre; 2.8% sólo con el padre y vivían con otros familiares 76,079 estudiantes. (10%). En el área urbana estos porcentajes fueron: 56.1% (505,656 estudiantes); 29.3%; 3.3% y 9.3%. (83,491 estudiantes).
Esta información sugiere la conveniencia de investigar acerca de las consecuencias del estado familiar de los estudiantes sobre su propia formación y la situación de la educación nacional.
El fortalecimiento y desarrollo de la familia es responsabilidad de todos. Entre otros aspectos, las cifras perfilan la imperiosa necesidad de diseñar instrumentos de política pública que mejoren la situación, para beneficio del país y su desarrollo integral.