Rolando Alvarenga
@BachiBoxx55
A partir de sus resultados internacionales y consecuentes con el impacto mediático, los pugilistas Carlos “Famoso” Hernández, Mario Méndez, Hernán “Chuvalo” Cubías”, Óscar “Chico” Aparicio y Rodolfo “El Pato” Fuentes son considerados como los cinco mejores boxeadores profesionales salvadoreños de todos los tiempos. La característica común entre estos cinco pugilistas cuscatlecos es que fueron de perfil fajadores.
“El Famoso”, hasta la fecha, es el único ganador de un cinturón mundial en las 130 libras, que ganó venciendo a Daniel “Diamante” Santos, de Puerto Rico, correspondiente a la Federación Internacional de Boxeo en febrero de 2002.
Además, Carlos “El Famoso” Hernández disputó tres veces el fajín universal Ligero Junior del Consejo Mundial de Boxeo.
En dichos títulos, el salvadoreño se batió contra “El Chicanito” Hernández, Floyd Mayweather y Erick “El Terrible” Morales.
También, “Famoso” protagonizó una serie de peleas de alto voltaje que a través de la televisión fueron vistas en este país.
En el segundo escaño está el excampeón regional, Mario Méndez, quien entre los años setentas y ochentas se fajó frente a tres primeros retadores al cinturón mundial mosca del CMB.
Méndez se enfrentó a Orlando Hernández, de Costa Rica; Betulio González, de Venezuela; y Martín Vargas, de Chile.
Luego de esos combates, Mario Méndez tuvo la oportunidad de llegar hasta el octavo lugar del ranking mundial de las 112 libras.
En tanto, en el tercer lugar, Hernán “Chuvalo” Cubías, quien desde 1970 hasta 1982 mostró que era un peleador con “patada de mula”, tanto que en el transcurso de su carrera fracturó a cuatro nicaragüenses.
La explosividad de “Chuvalo” le permitió coronarse campeón regional y, posteriormente, ubicarse en el décimo peldaño del ranking universal de las 130 libras del Consejo Mundial de Boxeo.
Hay que destacar que “Chuvalo” Cubías no avanzó más en su carrera por falta de un apoderado o representante que negociara para incluirlo en las grandes y atractivas peleas hacia el título mundial.
Por su parte, Óscar “Portillo” Aparicio aparece en el cuarto escaño, debido a que tuvo un gran potencial para llegar muy lejos; sin embargo, su promotor lo suicidó antes del tiempo y lo quemó.
El orgullo del Tránsito, San Miguel, disputó en la década de los setenta pocos, pero tremendos combates.
Una de las peleas que más sobresalió fue con el ex tricampeón mundial nicaragüense, Alexis Argüello (12 rounds en Masaya y diez en El Salvador) sin ser noqueado.
Otros combates notables fueron contra Eduardo “El Ratón” Mojica, de Nicaragua, y con Adolfo “El bebé” Francis.
Por último está el “héroe y veteranísimo de las mil batallas”, Rodolfo “El Pato” Fuentes, quien peleó en seis categorías distintas en las décadas de los 70,80 y 90.
Profesionalmente, Fuentes, quien tenía mucha resistencia para asimilar castigo y una pegada que anestesiaba a sus rivales, se presentó en arenas y gimnasios de Norte, Centroamérica, el Caribe y América del Sur.
El “Pato” fue campeón nacional y regional durante varios años y en su larga trayectoria combatió contra varios ranqueados mundialistas.
En sus últimos años, Rodolfo alternó su carrera con su negocio, Funeraria “Pato” Fuentes en Soyapango, donde era un experto embalsamador.
Hay que destacar que, mientras este deporte vivió su época dorada, hubo otros grandes pugilistas profesionales que aportaron páginas a la historia boxística nacional.
Entre dichos pugilistas están: René Humberto Valiente, Armando “Gallo” Cornejo, Wilfredo “Payaso” Navidad, los tres hermanos Dimas Valle, los dos hermanos Cortez, Guillermo “Chuchito” Méndez, Miguel “Rocky” Zelaya y Osmán Omar Jiménez, entre otros.