Por Rodrigo Almonacid
Bogotá/AFP/dpa
La antigua guerrilla FARC se presentará el 1 de septiembre como un partido legal, piedra angular del acuerdo de paz de Colombia luego de su desarme al cabo de más de 50 años de lucha armada, anunciaron sus comandantes.
«Se avecina la apertura democrática que necesita Colombia. El lanzamiento de nuestro partido será el 1 de septiembre», escribió este lunes el líder máximo de las FARC, Rodrigo Londoño, más conocido como «Timochenko», en su cuenta en Twitter.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) definirán sus lineamientos políticos, nombre y candidatos en un congreso a finales de agosto.
«Hemos hecho la paz para participar en política», declaró el jefe negociador de las FARC, Iván Márquez, al anunciar el lanzamiento del movimiento en una rueda de prensa.
El comandante Julian Gallo, de seudónimo Carlos Antonio Lozada, explicó por su parte a AFP que el evento público del partido se realizará en la Plaza de Bolívar, centro político de Bogotá y a unos metros de la presidencial Casa de Nariño.
Gallo anunció que los dirigentes de las FARC realizarán del 27 al 31 de agosto un congreso constitutivo del futuro partido en el cual se definirán aspectos como su nombre y sus principales plataformas de acción.
Aunque el nombre del partido solo se definirá en ese momento, desde hace varias semanas se especula en medios de prensa que se llamará Esperanza del Pueblo.
Las FARC, que hace casi un mes finalizaron su desarme, están diseñando lo que será «ese gran acto político-cultural» de la que fue la principal y más antigua guerrilla del continente, añadió Lozada, cuyo nombre real es Julián Gallo.
Quien fuera el jefe del equipo negociador de las FARC en el proceso de paz con el Gobierno, Luciano Marín, reiteró que ahora el objetivo de su organización es participar en la política legal tras el final de la vida guerrillera y que por eso cumplieron la entrega de armas.
Las FARC terminaron de entregar sus armas el 27 de junio a la misión de las Naciones Unidas encargada de verificar el cumplimiento del acuerdo de paz.
«Hemos estado abiertos al diálogo con todas las fuerzas y los movimientos políticos del país», aseguró en tanto la exguerrillera Erika Montero, quien adelantó que la colectividad tendrá un carácter «antipatriarcal» y «antiimperialista», con enfoques de género, jóvenes, agrario, de medio ambiente y urbano.
La antigua guerrilla no descarta mantener sus siglas FARC, aunque probablemente cambiará el nombre Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia para este nuevo movimiento político.
Cada exguerrillero definirá si participa en política con su nombre de guerra o su nombre legal. Además, según Lozada, en las 26 zonas del país donde se preparan los excombatientes para volver a la vida civil «avanza» la construcción de las tesis del partido.
«Paso hacia la apertura»
«El partido político de las FARC puede ser un paso hacia la apertura del sistema político en Colombia», dijo a AFP Marc Chernick, profesor de las universidades de Georgetown (Washington) y Los Andes (Bogotá).
Para el politólogo, las FARC buscarán consolidar un partido político de izquierda pero no necesariamente marxista. «El reto para ellos es que no son los únicos actores de la izquierda, que en Colombia está muy fragmentada. Van a buscar coaliciones», aseguró.
El acuerdo de paz, logrado luego de cuatro años de negociaciones con el gobierno de Juan Manuel Santos en Cuba, establece la transformación a movimiento político legal de los rebeldes, cuyos cerca de 7.000 combatientes dejaron las armas el pasado 27 de junio bajo supervisión de Naciones Unidas.
Según lo convenido, las FARC tendrá un mínimo de diez curules en el Congreso, compuesto por 102 senadores y 166 representantes a la Cámara, durante ocho años.
Para las elecciones de 2018, en las que Santos deberá dejar la presidencia, la antigua guerrilla ha anticipado que apoyará al candidato que garantice el cumplimiento del acuerdo de paz.
Tras la firma del acuerdo de paz, el 24 de noviembre del año pasado, las FARC tienen una representación en el Congreso con seis delegados, tres en el Senado y tres en la Cámara de Representantes, con voz pero sin voto.
El acuerdo de paz permite que las FARC tengan a partir de la próxima legislatura, que empieza dentro de un año, cinco escaños en el Senado y cinco en la Cámara de Representantes, ya con plena capacidad de voto.
Amenazas de muerte
Uno de los principales temores de las FARC con su paso a la vida legal es la posibilidad de que sus líderes sean víctima de violencia política, similar al exterminio de unos 3.000 simpatizantes, militantes y dirigentes de la izquierdista Unión Patriótica (UP), asesinados en los años 1980 y 1990 por paramilitares en connivencia con fuerzas estatales.
La UP surgió como movimiento político de un primer proceso de paz de las FARC con el entonces presidente Belisario Betancur (1982-86).
«Es la hora de que Colombia se aleje de las épocas tristes de la UP», dijo este lunes Márquez, en referencia a los al menos 15 asesinatos de miembros y familiares de las FARC desde la firma del pacto.
El líder rebelde aseguró que los integrantes del Secretariado, el máximo órgano directivo de las FARC, han recibido amenazas de muerte, en las que no ahondó pero que aseguró fueron «trasladadas a las autoridades».
Según la Defensoría del Pueblo, al menos 186 líderes sociales y defensores de derechos humanos fueron asesinados en Colombia entre el 1 de enero de 2016 y el 5 de julio pasado, la mayoría en zonas donde operaba la guerrilla FARC.
El lanzamiento de la agrupación política se realizará pocos días antes de la visita del papa Francisco a Colombia, del 6 al 11 de septiembre.
El papa argentino viaja para impulsar la paz y la reconciliación en Colombia tras el acuerdo con las FARC y en medio de las negociaciones que desarrolla el gobierno en Quito con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), único grupo rebelde activo del país.
Monumento
Las Naciones Unidas extraerán, el 1 de agosto, las armas que están depositadas en contenedores en los 26 campamentos donde se alojan los casi 7.000 miembros de las FARC, con el objetivo de fundirlas para la elaboración de tres monumentos a la paz.
Los monumentos se ubicarán en Cuba, que durante cuatro años fue escenario del proceso de paz, en Colombia, y en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.