Por Francisco Jara
La Habana/AFP
La guerrilla de las FARC reconoció el martes haber capturado a un general y a sus dos acompañantes en una zona rural de Colombia, shop a la vez que su delegación en La Habana se manifestó dispuesta a resolver el caso y retomar el diálogo de paz.
Los rebeldes dijeron que el general Rubén Alzate, sovaldi sale el cabo Jorge Contreras Rodríguez y la abogada Gloria Urrego fueron interceptados el domingo por unidades rebeldes móviles, doctor «en ejercicio de sus tareas de seguridad», en el departamento occidental de Chocó.
Alzate, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán que opera en esa empobrecida zona del oeste país, es el militar de más alto rango capturado por las FARC en los 50 años del conflicto armado.
«Una vez identificados plenamente, pese a vestir ropas civiles, los tres fueron capturados por nuestras unidades, en razón a que se trata de personal militar enemigo, que se mueve en ejercicio de sus funciones, en área de operaciones de guerra», indicó la guerrilla en un comunicado difundido en su página web y leído en Cuba por la delegación de paz.
«Respetamos la vida e integridad física y moral de nuestros prisioneros y estamos plenamente dispuestos a garantizarlo hasta donde nos sea permitido por la ira estatal», dice el comunicado del Bloque Iván Ríos de las FARC.
«Estamos subordinados a las decisiones que adopten las instancias superiores» de la guerrilla, agrega.
«Mecanismo para resolverlo»
Una hora antes de que fuera emitido el comunicado, la delegación de paz de las FARC en La Habana había dicho que todavía no tenía «información en concreto» sobre Alzate y sus dos acompañantes.
El comandante Pastor Alape, miembro de la delegación de las FARC, expresó su «sorpresa» por la decisión de Santos de suspender los diálogos y manifestó la voluntad de la guerrilla de reanudar el proceso de paz, que este miércoles cumple dos años.
Alape sugirió buscar un «mecanismo» para resolver el caso del general y sus acompañantes.
«Habría que buscar un mecanismo para que allá, en Colombia, se resuelva. Lo que de pronto podría la mesa (de diálogo de La Habana) hacer es facilitarlo», expresó Alape.
Santos exigió el lunes a las FARC la pronta liberación del general y sus acompañantes como prueba de su voluntad de alcanzar la paz, en la peor crisis que vive el proceso, iniciado el 19 de noviembre de 2012.
«El compromiso de las FARC está puesto a prueba. De su decisión depende seguir avanzando hacia el fin del conflicto y la reconciliación», dijo el mandatario colombiano en cadena nacional.
«Mientras esta situación no se solucione», los negociadores de paz del gobierno «no podrán viajar a La Habana para reanudar las conversaciones», agregó.
Diálogo en medio del conflicto
La captura ha puesto en riesgo el proceso de paz en vísperas de que se cumplan dos años de negociaciones, durante las cuales las FARC y el gobierno han consensuado tres de los seis puntos de una agenda destinada a acabar un conflicto armado de medio siglo, que ha dejado 220.000 muertos y 5,3 millones de desplazados.
«Queremos que este impasse sea resuelto lo antes posible para que el proceso (de paz) siga avanzando sin sobresaltos hasta un acuerdo final», dijo Alape, quien destacó que el gobierno se «ha negado tozudamente (a) la posibilidad de que el proceso de paz se desenvuelva en medio de una tregua o armisticio».
El gobierno de Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la mayor guerrilla de ese país, llevan adelante estos diálogos de paz en Cuba sin que se haya decretado un alto al fuego.
El presidente se niega a una tregua porque piensa que los rebeldes la usarían para fortalecerse militarmente.
A principios de 2012, el grupo rebelde se comprometió a no secuestrar a más civiles, pero se reservó el derecho de capturar a policías o militares, a los que considera prisioneros de guerra.
«Hay que ser claros: aunque estamos negociando en medio del conflicto, las FARC tienen que entender que a la paz no se llega recrudeciendo las acciones violentas y minando la confianza», dijo Santos en su mensaje al país.
La Unión Europea el lunes llamó a una liberación «de inmediato y sin condiciones» de los rehenes, y la oficina de la ONU en Colombia repudió las capturas.
Las negociaciones de La Habana están en receso desde el 2 de noviembre y debían reanudarse el martes.