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Bogotá/PL
El jefe de los voceros de las FARC-EP, Iván Márquez, confirmó hoy que junto a la delegación del gobierno colombiano trabajan sin pausa en la redacción del acuerdo de paz, tras el inesperado resultado del reciente plebiscito.
Mediante su cuenta en Twitter, el comandante insurgente envió un mensaje de tranquilidad luego de que circularan rumores sobre hondos desacuerdos en la mesa de conversaciones, con sede en Cuba desde 2012.
En La Habana las delegaciones siguen enfocadas, trabajando sin descanso, manifestó Márquez en esa red social.
La víspera el presidente Juan Manuel Santos reconoció que surgieron tensiones en el transcurso de los análisis para ajustar el pacto rubricado en Cartagena de Indias pero aseguró que los dos equipos discuten todos los puntos que requieren revisión o precisiones, a partir de propuestas llegadas a la isla.
A pesar de la voluntad expresa de ambas partes para buscar consensos que incorporen las proposiciones recibidas, ha habido momentos de tensión y de dificultad; es normal, comentó el mandatario quien expresó que no obstante lo espinoso de las cuestiones por solucionar, las discusiones avanzan.
Santos reiteró su confianza en que la actual etapa finalizará satisfactoriamente luego de conseguir un tratado más abarcador, que refleje el sentir de la mayoría de los colombianos.
Según el jefe de Estado, los negociadores perfilan y robustecen el Acuerdo, en correspondencia con las sugerencias de distintos sectores.
Entre las cuestiones reconsideradas mencionó el acápite de desarrollo rural.
En ese aspecto los portavoces precisaron que los programas para los campesinos en el postconflicto deberán incluir el fomento de opciones como la agroindustria o el turismo a fin de generar empleo y oportunidades, dijo.
Se mantiene firme el compromiso con el campo de desarrollar una política que impulse el acceso equitativo a la tierra y que cree condiciones de vida dignas para sus pobladores, agregó el gobernante.
La lucha contra el tráfico ilícito de drogas centró también parte de las pláticas en la capital cubana, así como la Jurisdicción Especial para la Paz, en virtud de la cual deberán ser creados tribunales para investigar, juzgar y sancionar a responsables de la larga conflagración, la cual ha dejado unos 300 mil muertos.
El pasado 26 de septiembre Santos y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), Timoleón Jiménez, suscribieron en Cartagena de Indias el llamado Acuerdo Final con el que se comprometieron a terminar un largo conflicto; documento rechazado en el plebiscito del 2 de octubre por la mayoría de los participantes.
A partir de entonces, el ocupante de la Casa de Nariño abrió un debate nacional con vistas a un eventual arreglo o modificación del histórico texto, recomendaciones analizadas ahora por los equipos del Ejecutivo y de ese movimiento guerrillero, el principal involucrado en la confrontación bélica.
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