Por Alina Dieste
Bogotá/AFP
Las FARC liberaron el domingo en Colombia a un general y a otros dos cautivos con miras a reanudar el proceso de paz, unhealthy y propusieron un «armisticio» al gobierno, viagra sale que hasta ahora ha rechazado toda tregua con esa guerrilla comunista.
Dos semanas después de su captura, que provocó la peor crisis en las negociaciones iniciadas hace dos años en Cuba sin un alto al fuego en Colombia, el brigadier general Rubén Alzate, el cabo Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego fueron entregados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a una misión humanitaria en el noroeste del país.
Esto «contribuye a recuperar el clima propicio para continuar los diálogos», dijo el presidente Juan Manuel Santos en un comunicado.
Sin embargo, el recurrente tema del alto al fuego resurgió tras el éxito de la liberación, coordinada por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y representantes de Cuba y Noruega, garantes de los diálogos de paz.
Desde La Habana, las FARC llamaron a «rediseñar las reglas de juego» para que «ningún suceso bélico en los campos de combate» justifique una nueva interrupción. «Es hora del cese bilateral del fuego, del armisticio», subrayaron.
Santos, por su parte, reafirmó su «convicción» de que negociar sin una tregua «ha sido la mejor manera de preservar» el proceso de paz.
Tras una reunión del presidente con sus negociadores, el jefe del equipo, Humberto de la Calle, anunció que una delegación del gobierno viajará este lunes a La Habana «con el ánimo de buscar decisiones prontas sobre lo que hemos llamado el desescalamiento del conflicto».
El regreso del general y sus acompañantes, retenidos el 16 de noviembre durante un desplazamiento de civil y sin escoltas, abre la vía para retomar las negociaciones para terminar un conflicto armado de medio siglo, que ha dejado oficialmente 220.000 muertos y 5,3 millones de desplazados.
Alzate, el oficial de más alto rango tomado por las FARC, fue entregado junto con sus acompañantes en el caserío de Vegáez, a orillas del río Arquía, al noreste de la selvática y remota zona de Chocó donde habían sido retenidos.
Los tres, ansiosamente esperados para que aclaren las circunstancias de su captura, fueron trasladados a una base militar en Medellín, donde se reunieron con el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, y luego llevados al hospital militar de Bogotá, donde estaban sus familiares.
«En la evaluación inicial se encuentran en buen estado de salud», dijo Clara Galvis, directora del hospital, añadiendo que se les realizarán exámenes físicos y psicológicos a partir del lunes.
Alzate, un condecorado general de 55 años, deberá también dar explicaciones al Congreso, que ya anunció que quiere saber las razones de la aparente violación de las reglas básicas de seguridad.
«Proceso maduro»
Las FARC, principal guerrilla de Colombia con unos 8.000 combatientes, también liberaron el martes a dos soldados capturados el 9 de noviembre tras combates en Arauca (este).
Para ambos operativos viajaron desde Cuba los negociadores de las FARC alias Pastor Alape y alias Carlos Antonio Losada, autorizados por el gobierno a fin de garantizar la seguridad de todos los involucrados.
La politóloga Angelika Rettberg dijo a la AFP que la rapidez con la que se dieron las liberaciones «demuestra que este es un proceso maduro».
«No significa que (el diálogo) no vaya a tener más crisis ni tampoco que vaya a ser rápido, pero sí que ya tiene una inercia propia», aseguró.
La Organización de Estados Americanos (OEA), que saludó las liberaciones al igual que la Unión Europea (UE), llamó a una reanudación rápida de las pláticas.
Sin embargo, se desconoce aún cuándo y cómo esto ocurrirá.
«Es difícil que el proceso de paz pueda reanudarse como si nada hubiera pasado», señaló a la AFP Christian Voelkel, analista para Colombia del International Crisis Group (ICG), una ONG especializada en la resolución de conflictos.
El jefe máximo de las FARC, alias Timochenko, ya lo advirtió la semana pasada: «Las cosas no podrán reanudarse así no más, habrá que hacer diversas consideraciones».
La guerrilla también espera que esta liberación «extienda sus efectos benéficos a los prisioneros políticos y sociales del país».