Por Rigoberto Díaz/La Habana/AFP
La guerrilla de las FARC propuso al gobierno colombiano una «tregua bilateral previa» al cese al fuego definitivo en Colombia, para «salvar» la tregua unilateral que decretó en julio y generar «el mejor ambiente» en las negociaciones de paz de La Habana.
«Le proponemos al gobierno y al país entrar ya, sin condiciones que solo suscitan desconfianza, en una tregua bilateral previa, como paso gradual al cese de fuegos bilateral y definitivo que ya estamos mirando», señaló la guerrilla en un comunicado, leído a la prensa por su jefe negociador, Iván Márquez.
Márquez no detalló su propuesta, pero subrayó que «el objetivo, por ahora, es salvar la tregua unilateral decretada por la FARC desde el pasado 20 de julio, gesto humanitario asediado por los operativos militares en todo el territorio» colombiano, y a la vez «generar el mejor ambiente para continuar unas conversaciones que anhelamos nos conduzcan a la firma del acuerdo final».
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el jefe máximo de las FARC, Timoleón Jiménez (Timochenko), se comprometieron el 23 de septiembre en La Habana a sellar la paz en Colombia en un plazo máximo de seis meses, y el mandatario propuso el 28 de octubre a la guerrilla un cese al fuego bilateral desde el 1 de enero de 2016, que incluso admitió podría adelantarse al 16 de diciembre, acogiendo un planteo de los rebeldes.
Márquez lanzó la propuesta tras sostener un «productivo intercambio» con miembros del Frente Amplio por la Paz, integrado por personalidades y organizaciones sociales colombianas y veedor de la tregua unilateral, entre ellos la exsenadora Piedad Córdoba y el senador izquierdista Iván Cepeda.
Comisión de apoyo a distensión y teléfono rojo
En un comunicado, leído por Córdoba y Cepeda, el Frente llamó a las partes a persistir en el cumplimiento del acuerdo que adoptaron en julio para «agilizar en La Habana y desescalar en Colombia», y a diseñar «nuevos mecanismos que permitan asegurar el camino hacia el cese bilateral y definitivo de hostilidades».
En ese sentido, el Frente propuso, entre otras medidas, conformar «una comisión de apoyo para la distensión del conflicto», que operaría «en las zonas donde se ha denunciado que está en riesgo la tregua unilateral y el proceso de desescalamiento».
Igualmente, expresó su «apoyo a la iniciativa de poner en funcionamiento un ‘teléfono rojo’ (comunicación directa)», entre «el Ministerio de Defensa Nacional y la delegación de paz de las FARC con el fin de permitir resolver cualquier situación que atente contra la tregua y que impida avanzar hacia el cese bilateral».
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) habían convocado hace una semana al Frente por la Paz «con la mayor urgencia» a una reunión en la isla, tras denunciar que los constantes ataques del ejército ponían en riesgo su tregua unilateral.
La guerrilla también convocó a Cuba y Noruega, países garantes del proceso de paz, y a Chile y Venezuela, acompañantes, para ponerlos al tanto de esa situación, e invitó al enviado especial del gobierno de Estados Unidos, Bernard Aronson, al comisionado del gobierno alemán, Tom Koenigs, y al enviado especial de la Unión Europea, Eamon Gilmore.
En las negociaciones de paz de La Habana, que comenzaron hace casi tres años, el gobierno y la guerrilla han alcanzado acuerdos parciales sobre la reforma rural, participación política y drogas ilícitas.
Actualmente discuten el complejo punto sobre víctimas, y quedan pendientes los temas de desarme, para el cual ya trabaja una comisión conjunta de carácter técnico, y el mecanismo para refrendar el eventual acuerdo de paz, tema sobre el que tienen posiciones divergentes.
El conflicto armado colombiano, en el que han participado guerrillas, paramilitares y agentes del Estado, ha dejado en medio siglo unos 220.000 muertos y seis millones de desplazados.