Por Santiago Torrado
Bogotá/AFP
La FARC, el nuevo partido político surgido del acuerdo de paz con los rebeldes en Colombia, rindió este viernes un polémico tributo al más temido jefe militar de la exguerrilla, muerto en un bombardeo del ejército hace siete años.
El homenaje a Jorge Briceño, el ‘Mono’ Jojoy, se realizó en el cementerio El Apogeo, en el sur de Bogotá, donde sus restos fueron trasladados de una bóveda a una tumba familiar.
Briceño, cuyo verdadero nombre era Víctor Julio Suárez Rojas, murió el 22 de septiembre del 2010, en un ataque ordenado por el presidente Juan Manuel Santos cuando apenas llevaba mes y medio en el cargo.
«En tu nombre también pido perdón a Colombia por la guerra, nunca más vamos a permitir que nos lleven por caminos de violencia», dijo durante el acto Jorge Ernesto Suárez, el hijo de Briceño.
El entonces número dos de la guerrilla comunista tenía 62 órdenes de captura por homicidio, secuestro y terrorismo en Colombia, y era requerido en Estados Unidos por narcotráfico y secuestro.
Arengas al comandante
Unas 200 personas, entre familiares y miembros de la FARC, en su mayoría excombatientes del poderoso bloque oriental que dirigió Briceño, asistieron al acto que incluyó un oficio religioso.
También se escucharon arengas al «comandante» y canciones de música llanera y rancheras.
Mientras se desarrollaba el homenaje, la misión de la ONU en Colombia destruía las últimas armas que entregaron para su fundición unos 7.000 excombatientes de las FARC, como parte del acuerdo de paz suscrito en noviembre.
En total la ONU recibió 8.994 armas, 1.765.862 municiones, 38.255 kilogramos de explosivos y 11.015 granadas.
La Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, como se llama el nuevo partido que conserva las siglas históricas de la exguerrilla, invitó desde hace días a «rendir un homenaje al defensor de los humildes, Jorge Briceño».
«No estamos celebrando, estamos es conmemorando la vida de alguien, iniciando un camino de reconciliación desde varias miradas», replicó Suárez a la AFP.
Junto al dirigente de la FARC Carlos Antonio Lozada, otro de los oradores, dejaron en la tumba una rosa roja, el símbolo del nuevo partido.
Briceño – a quien Santos llamó en su momento el «símbolo del terror» – es recordado como el carcelero de decenas de rehenes que mantuvo enjaulados la guerrilla en la selva, y el cerebro de los mayores golpes contra las Fuerzas Armadas.
El abatido jefe militar «era un hombre recio, muy hecho para el combate, de extracción campesina», dijo a la AFP el politólogo Darío Villamizar, autor de «Las guerrillas en Colombia».
El homenaje a Briceño es el tercer acto político de envergadura de la FARC en la capital.
El 1 de septiembre lanzó su partido con un concierto en la Plaza de Bolívar, centro político de Bogotá, y la semana previa reunió a más de 1.200 delegados en el congreso fundacional de la fuerza de izquierda.