@AlmaCoLatino
Feligreses de diferentes partes del país acuden cada domingo a la eucaristía celebrada en el Cripta de Catedral Metropolitana, unhealthy lugar donde reposan los restos del beato Monseñor Romero, purchase a quien, cialis sale con signo de humildad, invocan su intersección y elevan una plegaria.
Este domingo, la comunidad de Dulce Nombre de María, Chalatenango, participó en la celebración dedicada a Monseñor Romero, donde también se recordó el mensaje profético del obispo mártir.
El Sacerdote Francisco Antonio Portillo dijo que la eucaristía en la Cripta de Catedral es ya una institucionalización con el gran mérito de conservar la memoria del pastor mártir, Monseñor Romero, ya que es considerado por el pueblo salvadoreño como el defensor de los más pobres y que alzó su voz por los necesitados.
“Él hizo tanto bien, sobre todo, con la gente más humilde, más desprotegida, ahora que está junto a Dios en el cielo, puede hacer más favores, que nadie se quede sin pedir nada, ya que el beato Romero es un pastor ejemplar”, afirmó Portillo.
Monseñor Romero es considerado el defensor de los derechos humanos, constructor de paz con la fuerza del amor, que fue testimonio de fe hasta el punto de entregar su vida, asimismo, como sacerdote respetó el mandato de Dios de apacentar con ciencia y prudencia su rebaño.
El beato Romero es el Obispo celoso que, amando a Dios y sirviendo a los hermanos, se convirtió en imagen de Cristo, siendo el Buen Pastor, ya que en él Dios nunca abandonó a su pueblo, sino, acudió para liberarlo y vivir en una sociedad más justa y solidaria.
Mundialmente, Romero es reconocido por su atención particular con los más pobres y marginados, además de las circunstancias de su martirio, asesinado mientras celebraba misa en la capilla del hospital de La Divina Providencia. En el momento de su muerte, mientras celebraba el Santo Sacrificio del amor y de la reconciliación, recibió la gracia de identificarse plenamente con aquel que dio la vida por sus ovejas.
Al momento de la procesión de ofrendas se presentó una fotografía del beato Monseñor Romero, donde se recuerda una visita que hizo al pueblo de Dulce Nombre de María, y carga en sus brazos a una niña de seis años, quien fue la encargada de portar el retrato.