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Cada viernes de Cuaresma en los diferentes templos católicos se reza el Vía Crucis, que puede ser de forma individual utilizando alguna guía para ir meditando y dialogando con Cristo y con María Santísima, a lo largo del recorrido. Al inicio de cada estación se suele decir la frase: “te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo”.
El Vía Crucis también se puede hacer al interior del templo, como en el caso de la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, en el centro de San Salvador, donde en este tercer viernes de Cuaresma la Comunidad San Rafael, del movimiento sacerdotal mariano meditó en cada una de las estaciones el sufrimiento, vida, pasión y muerte de Jesucristo, cómo él entregó su vida por la salvación de la humanidad.
“Este es un mensaje de arrepentimiento y conversión, de cambiar esa vida a una de entrega a Dios, el llamado de la Cuaresma es reconocer el pecado y volver al Padre”, manifestó Alejandra de Arias, miembro Comunidad San Rafael, del movimiento sacerdotal mariano. Esta oración bien hecha lleva a crecer en el amor a Jesucristo, contemplando lo que hizo por amor a cada uno, ayuda a recordar los sufrimientos de Cristo y a descubrir la profundidad y el misterio sumamente complejo, en el que el dolor humano en su más alto grado, el pecado en su más trágica repercusión, el amor en su expresión más generosa y heroica, y la muerte en su más cruel victoria y en su definitiva derrota. En el Vía Crucis, la Iglesia acompaña a Jesús que lleva su cruz y acompaña al hombre de hoy que sufre y se enfrenta con el pecado en su vida. La costumbre de rezar las estaciones de la Cruz posiblemente comenzó en Jerusalén, en ciertos lugares de La Vía Dolorosa, por donde caminó Jesús con la cruz a cuestas hasta el monte Calvario.
Según la tradición, la Santísima Virgen visitaba diariamente las Estaciones originales, posteriormente una multitud de peregrinos de todos los países también visitaban los lugares santos en su tiempo.
Desde el siglo doce los peregrinos escriben sobre la “Vía Sacra”, como una ruta por la que pasaban recordando la Pasión.