Rebeca Henríquez
@RebeHenriquez
La feligresía católica conmemora la pasión de Jesucristo este Domingo de Ramos con regocijo y devoción. La feligresía católica participó, además, en la bendición, procesión y misa de Domingo de Ramos, desde la Cripta de Catedral Metropolitana hacia la nave central, tradición que recuerda el calvario de Jesús hasta su muerte, “por amor a sus hijos” y como sinónimo de vida y resurrección.
“Entonces, los discípulos fueron e hicieron como Jesús les mandó; trajeron el asno y el pollino, y la multitud que era muy numerosa tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles y las tendían en el camino. Y las multitudes que iban delante de él y las que iban detrás aclamaban, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
Y al entrar él en Jerusalén, toda la ciudad se alborotó, diciendo: ¿Quién es este? Y la gente decía: Este es Jesús, el profeta, de Nazaret de Galilea”, reza el pasaje bíblico que recuerda la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
En la liturgia de la pasión del Señor se conmemora los últimos días de su vida terrenal, donde vivió tormentos interiores, sufrimiento físico, juicios injustos, la subida al calvario, crucifixión, muerte, sepultura, y finalmente su resurrección.
Luego de la bendición de los tradicionales ramos de palma, forjados de palmas, flor de coyol, un tapete de diferentes colores vivos, y una cruz en el centro, el símbolos más representativos de los feligreses católicos, la procesión salió de la cripta de catedral donde se llevó a cabo la homilía presidida por el arzobispado de San Salvador, José Luis Escobar Alas.
La figura de la iglesia católica dijo que esta semana es por excelencia donde la iglesia celebra la fe, desde el misterio pascual, la pasión, la muerte y la resurrección del Señor, con la solemne procesión de palmas que conmemora la entrada de Jesús a Jerusalén, entrada triunfal con la que se cumplió lo anunciado por los profetas.
“La pasión debe ser un motivo de reflexión para nosotros, profunda, lo que el señor nos enseña es el camino de la cruz, de la salvación, la obediencia. Se destaca desde el cántico del cielo y la obediencia porque Cristo acepta todo este sufrimiento para que se cumpla perfectamente la voluntad de Dios, la voluntad del padre, aún siendo consciente lo que va a sufrir”, mencionó Escobar Alas.
Sandra y Verónica Díaz, dos hermanas creyentes que participaron en la procesión del Domingo de Ramos, aseguraron que celebrar y recordar a Jesús en su camino al calvario es importante porque les recuerda que existe la resurrección, y a través de esa tradición es un momento idóneo para tener un inicio de año con bendiciones.
Jaime López, creyente que era acompañado por su hija durante la procesión, dijo que esta tradición, que da paso a la Semana Mayor, es sinónimo de triunfo, porque Jesús vino a la tierra para “salvarnos a todos”, y por su muerte resurrección la feligresía debe convertirse.