Por Carlos Castillos
Asunción/dpa
Cinco años después de haber sido destituido, el ex presidente de Paraguay Fernando Lugo quedó nuevamente a las puertas de volver al máximo cargo político del país, al ser elegido el jueves como titular del Senado, por los mismos sectores que lo expulsaron en el 2012.
Para que el ex obispo católico acceda nuevamente al máximo cargo del Ejecutivo, aunque sea por poco tiempo, tienen que darse las renuncias del presidente, Horacio Cartes, y el vicepresidente Juan Afara.
Esta situación es muy probable ya que Cartes anunció su intención de disputar una banca en el Senado y Afara confirmó este jueves que será candidato presidencial al frente de una nueva corriente dentro del Partido Colorado.
Lo que no se sabe aún es cuándo renunciarán. Según la línea de sucesión, corresponde entonces que asuma el presidente del Senado, que en ese momento será Fernando Lugo.
El ex obispo católico se anticipó a afirmar que la presidencia temporal de Paraguay, hasta completar el mandato de Cartes, en agosto de 2018, es algo que no le interesa.
«No tengo ningún interés en este momento y por poco tiempo en ser presidente de la república», expresó Lugo, poco antes de ser confirmado en el nuevo cargo que asumirá el 1 de julio en el Congreso.
El artículo 234 de la Constitución paraguaya establece que «en caso de ausencia del presidente (del país) lo reemplazará el vicepresidente y, a falta de éste y en forma sucesiva, el presidente del Senado».
Las elecciones nacionales de Paraguay serán en abril del año que viene, por lo que a esa fecha, el panorama debería estar más claro para saber cómo transcurrirán los últimos meses de mandato, hasta agosto del 2018, cuando deben asumir las nuevas autoridades.
Si Cartes es elegido senador y renuncia después de las elecciones, corre el riesgo que no le tomen juramento y traben su asunción, como ya pasó en el 2008 con el saliente presidente Nicanor Duarte Frutos, quien gobernó entre 2003 y 2008.
El vicepresidente Afara, distanciado de Cartes, lanzó públicamente este jueves el movimiento «Sumando Colorados» y confirmó que se presentará a las internas de diciembre para disputar la candidatura única del partido.
En este dinámico y complejo panorama político pueden pasar muchas cosas en los próximos meses.
Si finalmente Fernando Lugo no acepta completar el período de Cartes, entonces le corresponderá al titular de los diputados, cargo que ejercerá, desde julio Pedro Alliana, hombre de confianza de Cartes y quien también es el presidente del gobernante Partido Colorado, de centroderecha.
Fernando Lugo deslizó la posibilidad que si renuncia Afara se nombre otro vicepresidente que después suceda a Cartes o incluso que él mismo puede renunciar a la titularidad del Senado, ya que también quiere ser candidato por el progresista Frente Guasú (FG).
La designación de Lugo como presidente del Senado coincidió con el quinto aniversario de la llamada «Masacre de Curuguaty», que desembocó en el juicio político que lo desplazó del cargo.
En aquellos incidentes de junio del 2012 murieron 11 campesinos y 6 policías en una enfrentamiento armado por la ocupación de tierras en Curuguaty, departamento de Canindeyú, a unos 250 kilómetros al noreste de Asunción, la capital del país.
Prácticamente los mismos sectores que lo echaron hace cinco años, ahora le abren las puertas para que vuelva, aunque los analistas especulan que tentarlo con volver provisoriamente a la presidencia terminaría sacándolo de la lucha para el período 2018-2023.