TeleSUR
El cine tiene una carga histórica valiosa en la que se han masificado valores, comportamientos, ideologías y relatos sobre las sociedades y la modernización de las culturas, con la capacidad de incidir en la configuración del sentir, pensar y vivir de los sujetos en sociedad.
En el continente africano (como todo lo que habita la madre África) se encuentra una infinita tierra auténtica y cultural que no sólo atrae turistas, sino que resulta la seducción de muchas compañías de producción.
Varias de ellas aprovechan cada año las ventajas del reino marroquí; su diversidad de paisajes y la excepcional luminosidad que magnifica los colores y permite que las series, películas y éxitos de taquilla se rueden regularmente en Marruecos.
Pero ahora hablemos de Marrakech y el Festival Internacional de Cine que se realiza cada año en esta ciudad, ubicada en el centro-sur de Marruecos.
Marrackech es un mundo entero en sí mismo, la «Ciudad Roja» guarda en su interior una rica historia y una alegría de vivir que sólo se puede experimentar si se tiene la oportunidad de visitarla, pero es durante el Festival Internacional de Cine de Marrakech en donde la energía de los cinéfilos hacen de las suyas.
El festival fue creado en el año 2000 con el propósito de impulsar la industria cinematográfica, fomentar el intercambio entre el cine de Oriente y Occidente y descubrir nuevos talentos.
on el paso del tiempo, el festival ha logrado superar todas las expectativas, ganándose un lugar destacado en la agenda cultural internacional y aumentando su reputación hasta convertirse en el festival de cine más grande y reconocido de África.
Es conocido por ser un gran encuentro de intelectuales, cineastas, productores, directores y actores de todo el mundo. Este festival establece una base sólida para los intercambios interculturales.
En 2019, por ejemplo, en su 18ª edición (del 29 de noviembre al 7 de diciembre) se llevó a cabo el destacado concepto «una conversación con», convertido en premisa que permitió al público, a los medios de comunicación y a los profesionales del cine reunirse con los gigantes de la industria cinematográfica en una conversación abierta.
Personalidades como Martin Scorsese, Guillermo del Toro, Agnès Varda, Yousry Nasrallah, Cristian Mungiu y Thierry Frémaux participaron en esta iniciativa, lo que hizo convertir al evento en un espacio especial y atractivo.
Dentro de las programaciones y organización anual que se ha desarrollado de un tiempo para acá, y que termina resultando ser una razón más para asistir al festival, es el nuevo Programa de Desarrollo de Industria y Talento: Los Talleres Atlas, que tiene como objetivo apoyar a los cineastas emergentes en su viaje.
El Festival Internacional de Cine de Marrakech es mucho más que un encuentro de cineastas. Durante unos días, habitualmente a finales de noviembre o principios de diciembre, la Ciudad Roja abraza a un público que no pierde la oportunidad de demostrar que está encantado de convertirse en protagonista del mayor evento dedicado al cine en África.
Es necesario mencionar la edición del año en curso, y es que en este 2023 la gala inaugural estuvo dedicada al actor danés Mads Mikkelsen conocido por los filmes The Hunt, Casino Royale y la serie Hannibal.
El festival concluyó el 2 de diciembre a pesar de estar marcado este año por los conflictos en la región y los recuerdos del terremoto que, en septiembre pasado, azotó a este país del norte de África.
La inauguración se realizó con actores y directores en la entrada del Palacio de Congresos de Marrakech. “Sabemos lo que está pasando, cómo podemos olvidarlo, pero el arte es importante, es un arma contra la oscuridad, contra el conflicto y contra muchas cosas”, afirmó la directora del festival, Mélita Toscan du Plantier.
En el transcurrir de esta edición se proyectaron 75 películas de 36 países, 14 de estos filmes son de directores noveles quienes se disputaron la Estrella de Oro.
Entre las coproducciones latinoamericanas fueron dos las seleccionadas para la Sección Oficial: El otro hijo, del colombiano Juan Sebastián Quebrada, y Penal Cordillera, del chileno Felipe Carmona.
El jurado del festival fue compuesto por cineastas, actores, escritores y personalidades, quienes galardonaron con la Estrella de Oro a los mejores largometrajes y cortometrajes en concurso, tanto nacionales como extranjeros.
No hay que olvidar que Marruecos siempre ha tenido una gran tradición cinematográfica desde que directores como Orson Welles, Alfred Hitchcock o David Lean convirtieran estas tierras en un gigantesco plato cinematográfico, con las películas de: Otelo, El hombre que sabía demasiado o Lawrence de Arabia.
Durante los días del festival, la ciudad respira cine por los cuatro costados. Ya no sólo en el escenario en donde tiene lugar la entrega de premios, sino también en la plaza de Jemaa el Fna, donde se proyectan, en pantalla gigante y al aire libre, los preestrenos.
El público, en medio de alegrías desbordantes, es consciente de que tiene por delante la oportunidad de vivir una noche mágica.