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Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
Sus pequeños ojos color ámbar sobresalen de las aguas mansas del manglar, es el “Cocodrylus acutus”, una de las especies más relevantes en el canal El Zapatero, en la Barra de Santiago, municipio de San Francisco Menéndez, Ahuachapán.
Con su rostro prehistórico y su innata agilidad para nadar y cazar, ha sabido imponer su presencia en el manglar, donde los guardarrecursos del Ministerio de Medio Ambiente (MARN) y el Fondo de la Iniciativa para las Américas (FIAES) desarrollan diversos proyectos con las comunidades del lugar para preservar el ecosistema del bosque salado del país.
Rosa Aguilar de Villeda preside la Asociación de Desarrollo Comunal de Mujeres de Barra de Santiago (AMBAS), junto a 36 mujeres, jefas de hogar, y comprendió que la subsistencia del manglar les permitirá seguir obteniendo insumos alimenticios y protección natural para sus familias y comunidad.
“Comenzamos a trabajar en el área natural. Primero con FIAES, pero luego, ellos nos prepararon para que podamos plantear nuevos proyectos y contar con otras oportunidades de apoyo con otras organizaciones o financiamientos extranjeros como Gran Bretaña.
Lo primero fue eliminar la práctica que algunas personas tenían. Entraban al canal a la medianoche para sacar las especies y la leña. Ante este problema decidimos trabajar como grupo, y con la aprobación del MARN se crearon los Planes Locales de Extracción Sostenibles (PLES) para realizar un trabajo más factible y rescatar las especies”, explicó.
La supervivencia del bosque salado en el país se encuentra a merced de la malas prácticas de la agricultura convencional como los monocultivos del frijol, maíz y caña de azúcar, que avanzan sin control, ganando terreno al manglar al extender la frontera agrícola, junto a los asolvamientos, por la erosión de los suelos de zonas altas o medias del territorio, que obstaculizan el acceso del agua dulce al suelo del manglar, así como la introducción de la ganadería en el lugar, lo que genera un cambio en el uso del suelo.
“Este canal se ha recuperado a lo largo del tiempo y ahora que tiene esta veda ha fortalecido el ecosistema. Porque hay muchas más especies que se van a recuperar. Tenemos un convenio para cinco años como co-manejadoras del área y ahora no pueden venir y tocarlo, pero aspiramos a que se convierta en un santuario, eso sería bueno”, acotó.
Esta es una “nursería” (maternidad) natural, afirmó Jorge Oviedo, director ejecutivo de FIAES, al comentar que en las raíces y lechos marinos del manglar las crías de camarones, cangrejos, moluscos, peces y reptiles, encuentran los estratos (masa de sedimentos) y las condiciones ideales de salinidad, que trae al entorno riqueza de biodiversidad.
“Nos encontramos en una de las zonas más hermosas como es la Barra de Santiago, este es un bosque de manglar nuevo, por así decirlo, ya que fue atacada por varios huracanes en años anteriores y prácticamente todo el manglar que estaba se perdió. En esta zona la restauración del manglar es de generación natural, vemos el bosque en su máxima expresión, pero aún persisten amenazas importantes y es que muchos de los ríos que aportan agua dulce al manglar traen una gran cantidad de sedimentos, producto de las malas prácticas agrícolas, y si el manglar no tiene esta mezcla de aguas también empieza a morir”, advirtió.
Entre los proyectos de FIAES, indicó Oviedo, iniciaron con acciones de desasolvamiento del manglar, por grandes cantidades de sedimentos de tierra, arena y basura, para un paso libre de agua dulce en la zona de manglar, que al igual obstaculiza el libre paso del agua dulce, también influye con la entrada de agua de mar, a raíz del cambio climático.
“Sabemos que los manglares son ecosistemas muy productivos, sistemas que están expuestos a la salinidad como agua dulce, y es vital que los protejamos por ser los bosques más productivos en esta zona, en los que viven más de 25 mil familias de pescadores que dependen para su subsistencia de los peces, moluscos, anfibios y otras especies, que necesitan de nuestro cuido y apoyo. Es por esto que FIAES, en el marco del Día Mundial de la Tierra y del Día Internacional de los Bosques, estamos fortaleciendo el trabajo de preservación de los manglares, de mano de las comunidades y a la vez fomentando la agricultura sostenible, para reducir la erosión, arrastre de sedimentos y la expansión de los monocultivos”, afirmó.
FIAES ha logrado con este esfuerzo combinado de restauración de 6.2 kilómetros del bosque salado del área de conservación El Imposible-Barra de Santiago, bajo el proyecto “Restauración Ecológica de Manglares” (REM), que contó con la participación de los guardarrecursos del MARN, la asociación AMBAS así como el grupo ISTATEN, ADICO y el Comité de la Micro Cuenca El Aguacate, donde se realizaron las principales acciones.
“Aquí hay cinco especies de mangle blanco, rojo e istaten, en su mayoría, y es el tipo de anclaje de estos suelos y ahora la idea es mantener vedados estos sitios, para contar con hábitats adecuados”, argumentó Silvia Flores, coordinadora territorial FIAES, al señalar que ocho años de trabajo sostenido y el cese de la sobrexplotación de recursos han permitido enriquecer el ecosistema.
