Rebeca Pineda
@DiarioCoLatino
Acausa del Día Mundial de la Tierra celebrado este 22 de abril, el Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (Fiaes) y Catholic Relief Services (CRS), unieron esfuerzos para recomponer los recursos ambientales frente a la degradación creciente del suelo y aumentar la resistencia ante el cambio climático, y de esta manera beneficiar la productividad de los agricultores.
Cada año desde el 2012 las lluvias se alteraron gradualmente provocando daños en los mantos acuíferos, sequías en la agricultura y escasa producción de granos, ya que el 90 % de los cultivos dependen del agua de lluvia y el 85 % de la agricultura está en manos de pequeños productores, quienes proveen el 70 % de los alimentos del país, según datos de Fiaes.
El pasado año El Salvador, impulsó y se comprometió junto con otros 180 países frente a la asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas a restaurar un millón de hectáreas damnificadas que equivale a la mitad del territorio salvadoreño, para el año 2030.
De acuerdo a esta meta, la alianza pretende revertir la degradación de los suelos con un abordaje fundamentalmente agrícola, “si no desarrollamos tecnología apropiada para producir alimentos, para captar agua, para garantizar que el suelo mantenga su fertilidad y agua suficiente no se alcanzarán los objetivos de desarrollo sostenible ni habrá un crecimiento económico que tanto anhelamos”, puntualizó Jorge Oviedo director de Fiaes.
Oviedo, compartió que entre los ejes principales del convenio están mover el diálogo político, en cuanto al tema del agua a causa de diversos incumplimientos a las leyes ambientales: “el país se ha estado enfrentando a temas polémicos como talas indiscriminadas en zonas de reserva, además hay áreas grises entre la ley forestal, entre la ley de riego y allanamiento, en la protección de los recursos naturales, esto se tiene que resolver teniendo una gobernanza ambiental”, dijo.
Además, Blain Cerney gerente de CRS, detalló que se pretende trabajar junto con pequeños agricultores para brindarles las herramientas tecnológicas adecuadas para la producción:
“buscamos promover procesos colectivos y participativos que desarrollen una visión común, respecto a los cambios transformativos con impactos a escalas sostenibles y políticamente viables; para aumentar la resiliencia y rentabilidad agrícola de las familias campesinas en los territorios de la Reserva de la Biosfera Apaneca-Ilamatepec, área de conservación Volcán Chingo, área de Imposible en la Barra de Santiago, entre otros”, explicó Cerney.