Washington/Prensa Latina
Fidel Castro es el gran ideólogo y estratega de lo que hoy entendemos como nuestra política exterior basada en profundos principios humanistas, afirmó la joven diplomática cubana Gabriela Castillo.
A propósito del aniversario 97 del natalicio del líder de la Revolución cubana, este 13 de agosto, Prensa Latina dialogó con parte de la nueva hornada de funcionarios que cumplen misión en Estados Unidos.
Para Gabriela, la obra y el pensamiento de Fidel son básicamente la esencia del diplomático cubano, particularmente en su caso como joven y para cada generación que antecedió.
“De Fidel tenemos y llevamos con nosotros la profunda defensa de nuestra soberanía, de nuestra independencia como país; la defensa del internacionalismo, del antiimperialismo y del anticolonialismo”, subrayó Castillo.
Dijo que siempre le atrajo el carisma de su personalidad y la forma en que lograba llegar no solo al pueblo cubano sino también a la comunidad internacional.
A Fidel lo tenemos y llevamos con nosotros muy cerca del corazón, subrayó Castillo, de 28 años.
Similares opiniones son las de David Ramírez, de 32, quien enfatizó que para él “la principal impronta de nuestro Comandante en Jefe es el chaleco moral que siempre defendió”.
Comentó que entre las cualidades de su singular personalidad que más le impresionan son, además de su humanismo, los ideales de justicia social y su capacidad como estadista.
“Nosotros cuando trabajamos en el plano internacional lo vemos como esa brújula” añadió Ramírez al afirmar que en momentos que se enfrentan determinadas situaciones “pensamos cómo reaccionaría el Comandante en Jefe”.
Cuba es un país pequeño, pero muy afortunado por tener a dos figuras, a dos gigantes mundiales que fueron nuestro apóstol José Martí (1853-1895) y Fidel Castro, que le dieron una connotación internacional, señaló.
Apuntó David que el ejemplo y guía de Fidel ahora mismo permanece “en nuestro pensamiento y en nuestras acciones diarias”.
Nacido el 13 de agosto de 1926 en Birán, actual provincia de Holguín (este), a Fidel intentaron eliminarlo físicamente en centenares de ocasiones.
Los servicios de la Seguridad del Estado de la isla identificaron planes en distintas fases de desarrollo, llegando a ejecutarse, sin éxito, más de un centenar.
Desde polvos y batidos envenenados, tabacos explosivos, trajes para bucear mortales hasta posibles bazucazos, el líder cubano salió ileso entre 1958 y 2000 a 634 complots para matarlo, asegura el general de división retirado Fabián Escalante, un profundo estudioso del tema.
“Tan es así que el 2 de diciembre de 1959 un memorando del entonces jefe de la CIA para América Latina, coronel Joseph Caldwell King, advertía al director de la agencia Allen Dulles que la mejor manera de acabar con la Revolución cubana era asesinar a Fidel Castro”, dijo Escalante en una entrevista concedida a esta agencia de noticias.
Fidel, una de las figuras políticas más sobresalientes del siglo XX y principios del XXI, era un convencido de que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz.
Partió a la inmortalidad el 25 de noviembre de 2016, a los 90 años, y pidió que no se le erigieran monumentos, aunque en realidad fue su obra el obelisco mayor.
En el monolito donde reposan sus cenizas en el cementerio Santa Ifigenia, en la oriental ciudad de Santiago de Cuba, solo destacan las cinco letras de su nombre.
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