Minsk/Prensa Latina
Las negociaciones ruso-ucranianas concluyeron este kybes en la ciudad belarusa de Gópel, luego de cinco horas de intercambios y según los comentarios fueron encontrados puntos importantes sobre los cuales se puede lograr un avance. Está previsto que representantes de ambas partes ofrezcan declaraciones de prensa, pero ya se conoció además que se efectuará un nuevo encuentro, pero en ese caso se efectuará en la frontera polaco-belarusa.
En las conversaciones, la comitiva rusa está encabezada por el asesor presidencial Vladimir Medinski, también incluye a los viceministros de Defensa y Asuntos Exteriores, Andréi Rudenko y Alexander Fomín, así como al jefe del comité de la Duma Estatal para asuntos internacionales, Leonid Slutski.
La parte ucraniana está representada por el ministro de Defensa, Alexéi Réznikov; el asesor del jefe de la Oficina presidencial, Mijaíl Podoliak; el jefe de la facción parlamentaria del partido gobernante Servidor del Pueblo, David Arajamia.
También están el primer jefe adjunto de la delegación de Kiev en el Grupo de Contacto para resolver la situación en Donbass, Andréi Kostin; el diputado Rustem Umérov; y el viceministro de Asuntos Exteriores, Nikolái Tochitski.
Arajamia dijo este lunes que en las conversaciones, Ucrania tiene que escuchar y sopesar con calma las propuestas de Moscú, teniendo en cuenta su impacto para el país y sus ciudadanos.
Rusia inició una operación militar el pasado 24 de febrero en la región autónoma ucraniana de Donbass, luego que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL) solicitaran ayuda para repeler la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con esos líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
El presidente ruso, Vladimir Putin, en un discurso televisado, afirmó que el objetivo de la operación es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio por parte de Kiev durante los últimos ocho años y “desmilitarizar” Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques están dirigidos a infraestructuras militares, instalaciones de defensa aérea, aeródromos y la aviación militares. Subrayó que la población civil de Ucrania no está amenazada.
El Gobierno de Ucrania rompió relaciones diplomáticas con Moscú, decretó la ley marcial en el país, reclamó ayuda financiera y humanitaria a la comunidad internacional, a la vez que exigió sanciones y “aislar por todos los medios y formatos” a Rusia.
Putin manifestó que Rusia no planea ocupar territorios ucranianos, sino defender el derecho de los pueblos de Ucrania a la autodeterminación.
Asimismo, reiteró que Moscú no puede permitir que Kiev adquiera armas nucleares y se siga militarizando, lo que constituye un peligro para la seguridad del país. Subrayó que la continua expansión de la OTAN hacia el este resulta inaceptable.
Los enfrentamientos han provocado la destrucción de más de mil instalaciones militares ucranianas, también muertes y heridos, aunque hasta el momento no se conoce la dimensión verídica del número de bajas de las partes.