Santiago de Chile/PL
Tiene la costumbre de ser minucioso en sus investigaciones, pero el fiscal del Vaticano enviado por el papa Francisco a Chile ejecuta su misión de modo muy discreto como ocurrió hoy.
Este martes, monseñor Charles Scicluna, arzobispo de Malta, agradeció a las autoridades eclesiásticas de Chile facilitar su labor, a la vez que prometió integralidad y pulcritud en las pesquisas.
Scicluna deberá determinar si en efecto, como afirman varias víctimas de abusos sexuales por el defenestrado cura Fernando Karadima, sus atrocidades contaron con la complicidad de Juan Barros, controvertido obispo de Osorno, en el sur del país.
Los detalles de su agenda hasta el 24 de febrero no se conocen, mientras la Conferencia Episcopal explicó que monseñor Charles Scicluna, responsable de investigar los casos de abuso que involucran a miembros de la Iglesia, tendrá mucho trabajo.
Jaime Coiro, vocero de la institución, indicó que el fiscal del Vaticano recibirá tanto a aquellos que se contactaron por propia voluntad como a quienes fueron convocados para hablar del caso.
Mañana Scicluna se entrevistará con tres integrantes del grupo de los Laicos de Osorno, opuesto al nombramiento de Barros como obispo de esa ciudad designado en 2015.
Asimismo, conversará con tres sacerdotes que trabajaron para Barros. Fue el propio papa Francisco quien asignó la complicada tarea a uno de los más experimentados investigadores del Vaticano, en una postura que mostró el cambio de actitud del sumo pontífice luego de capítulos desafortunados en Chile.
En enero, en ocasión de su visita al país austral, el papa fue enérgico en sus condenas a los abusos de ministros de la iglesia y pidió perdón a la ciudadanía, pero después se complicó al defender a Barros.
Ya el papel del encargado de investigar los ‘delicta graviora’, quien deberá rendir un informe el papa Francisco el 26 de febrero, se activó el sábado en Nueva York, a donde fue a recoger el testimonio de Juan Carlos Cruz.
Cruz, periodista afincando en Filadelfia y víctima de Karadima, quien fue declarado culpable por el Vaticano en 2011, valoró el encuentro con Scicluna y lo calificó de muy emotivo.
‘Ha sido una buena experiencia y hoy me siento muy esperanzado (…) siento que me escucharon (…) fue muy intenso y muy detallado y muy, a veces, revelador para ellos’, comentó Cruz el sábado.
Es junto al médico James Hamilton y a José Andrés Murillo, clave en la investigación que decidirá si en efecto el obispo Barros conocía de los abusos perpetrados por Karadima contra niños y jóvenes en el pasado.
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