Licenciada Norma Guevara de Ramirios
La negociación del fiscal general de la República con el expresidente Saca, su juicio exprés realizado en menos de 40 días, entre la confesión de culpable de corrupción (el 7 de agosto) y la sentencia pactada (el 11 de septiembre), ha creado una gran indignación. El pueblo no se engaña, rechaza la decisión del fiscal, condena la descarada corrupción realizada por los gobiernos de Arena y más aún, la negativa de investigar a los destinatarios de los dineros públicos, que Saca confesó haber entregado a exfuncionarios, empresarios, medios de comunicación, al partido Arena y a los partidos que lo postularon como candidato presidencial en 2014.
Muchos consideran que la negociación del fiscal con Saca es una operación pensada como salvataje a la corrupción inocultable que involucra a toda la gama de la derecha; muchos aseguran que en algún momento Saca intentó apartarse del guión y con ello terminó afectando la operación de salvataje de Arena, pero que era necesario para que el fiscal asegure el respaldo de ese partido y de los otros partidos de derecha, para ser reelecto en enero del próximo año.
Concurren las dos campañas entonces, la de reelección del fiscal y la campaña electoral de la derecha con sus dos candidatos. Las necesidades se juntan, y el fiscal se autoimpone la tarea de atacar al real contradictor de la derecha: el FMLN y su candidato Hugo Martínez.
Pero además de criticar el juicio pactado, apresurado para “limpiar la casa” antes de inicio de la campaña presidencial, ha causado repulsa saber que la sanción penal impuesta a los confesos de dirigir una gran cadena de corrupción sea de 10 años; mientras decretan 16 años a quien se declara inocente, y en todo caso, era el último en la jerarquía laboral de Saca; esa repulsa brotó la misma tarde luego de conocer el fallo judicial; esa repulsa crece y el FISCAL sale a la televisión como quien quema juegos artificiales para distraer la atención y ponerla en otro campo.
Las declaraciones del fiscal en la televisión son realmente vergonzosas: primero se autoelogia presentándose como el más exitoso, en el ataque a la corrupción, mejor que los inventos de Naciones Unidas y la OEA; seguidamente se presenta como aspirante a la reelección como fiscal; luego deja sentado que no se puede investigar ni procesar a ARENA por ser una persona jurídica; con lo cual le manda a Arena y al pueblo un mensaje, al primero que no se preocupe y al pueblo que no le pida a Arena devolver el dinero que FLORES y SACA le entregaron.
La lógica es que la condena de 10 años a Saca lo paga todo. Y nadie le debe pedir investigar ni esos ni otros fondos ilegalmente recibidos por Arena. Para cerrar el mensaje a la derecha de que él es el candidato a fiscal y que ellos deben apoyarlo, se va más allá, al terreno peligroso de la calumnia, al lanzar ataques al candidato presidencial del FMLN haciendo ver que lo está investigando por dineros que Taiwán donó al gobierno del presidente Funes. Con ello cree él, le ha dado el servicio completo a todos los partidos de la derecha que apoyan a dos candidaturas a la presidencia, y les reclama que antes de la elección presidencial; él, debe ser reelecto para seguir en su cruzada política electoral en favor de la derecha.
El período del fiscal vence el 7 de enero y las elecciones presidenciales serán el 3 de febrero, toda su interlocución le pone una lápida a lo que el llamó corrupción y desvío de más de 300 millones de dólares del último presidente de Arena; y les enciende la luz para demandarle a la derecha toda que lo elija para seguir contando con su parcialidad.
No se vale, señor fiscal que convierta en trapo sucio la institución que preside. Le dolió sin duda la imagen potente, vital y combativa que el FMLN mostró el domingo 9 de septiembre y que asombró a la derecha. Ni por consejos externos, ni por presiones de la burguesía salvadoreña, ni por su afán de seguir en el cargo, vale la pena que se preste al juego sucio de poner a la FGR como recurso de la campaña electoral.
Obliga usted a poner al público los elementos que lo muestran con bajeza en su manera de actuar; pues las palabras dichas contra Hugo Martínez y el FMLN son falsas y malintencionadas y es su deber dar explicaciones, de lo que sin fundamento alguno afirmó, como parte de su campaña electoral y como favor a la campaña de la derecha.