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Flores para Romero

Carlos Eduardo Ochoa

El ex presidente salvadoreño Francisco Flores fue uno de los que más se opuso al proceso de canonización de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, shop el cuarto arzobispo de San Salvador, viagra asesinado por un francotirador en marzo de 1980, según lo dejó entrever recientemente el postulador de la causa, Monseñor Vincenzo Paglia, en una entrevista concedida a La Prensa Gráfica.

Lo curioso es que ahora, mientras el ex mandatario es procesado penalmente, con arresto domiciliar, (una señal de que sigue teniendo poder) acusado por supuestamente desviar fondos provenientes de la cooperación internacional de la República de China (Taiwán), destinados para los afectados de los terremotos que golpearon al país en 2001; en cambio, Monseñor Romero va rumbo al altar con la reciente declaración de mártir “por odio a la fe” que le hizo el Vaticano y el posterior anuncio de su ceremonia de beatificación, el 23 de mayo próximo en San Salvador.

Es importante recordar que desde 1991 hasta 2004, el embajador de El Salvador ante la Santa Sede fue don Roberto Simán Jacir, es decir, estuvo en el cargo durante 12 años. Él era el embajador cuando la causa llegó al Vaticano en 1997.

Si en efecto el gobierno de Francisco Flores fue el que más se opuso a la beatificación de Monseñor Romero, fue precisamente el embajador Roberto Simán Jacir quien obedeció a Flores llevando al vaticano las “toneladas de cartas” solicitando no continuar con el proceso de canonización por diferentes razones. Algunas de las que se han conocido son “errores teológicos”, “errores sociales” y finalmente por “motivos de oportunidad”, bajo el argumento de que no era oportuno nombrarlo santo porque dividiría a la sociedad salvadoreña.

Todas esas objeciones fueron rebatidas y superadas, según lo determina el mismo Vaticano, al dar vía libre para continuar con el proceso de canonización para llevarlo a los altares como “santo”, que será el siguiente paso a la beatificación.

Un dato contradictorio en las actuaciones del ex embajador Roberto Simán Jacir es que don José “Pepe” Simán Jacir es reconocido como amigo de Monseñor Romero, a quien con frecuencia entrevistan para que cuente su relación cercana con el arzobispo mártir. La familia Simán es una de las familias más poderosas del país, y tienen una fama de ser muy católicos.

Estas acciones opuestas provocan recordar aquella frase de Jesús cuando dijo “Yo no he venido a traer la paz, sino la guerra. En adelante, en una misma familia estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre” (Mt 10, 34-11,1).

Lo cierto es que en efecto, todavía han quienes se oponen a reconocer el legado de monseñor Romero, su figura todavía no es totalmente aceptada, basta revisar las redes sociales de algunos simpatizantes del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), el partido de la extrema derecha política en El Salvador, quienes declaran que “Monseñor Romero no es mi mártir”.

Lo bueno es que finalmente en el caso de Monseñor Romero la verdad de su vida ha pesado más en su historia. Se trata de la verdad de su martirio por odio a la fe, reconocida ahora por la Iglesia, con la veracidad de ser asesinado durante una misa y justo en el momento del ofertorio (anhelo de cualquier sacerdote). Lo cierto también es que fue asesinado por una sociedad salvadoreña católica, conservadora.

Por el contrario, en el caso del expresidente Francisco Flores, la verdad es que continúa su proceso penal acusado por peculado, enriquecimiento ilícito y desobediencia a particulares, en la etapa de instrucción, es decir, a la mitad del proceso, y la última noticia que se conoce es que el juez del caso ha solicitado cambiar el delito a lavado de dinero.

Y será también en el mes de mayo, al finalizar la etapa de instrucción, cuando se conocerá si su caso pasará a la vista pública, el último paso del juicio, momento en el que se conocerá la verdad jurídica de su acciones respecto al uso y destino de fondos públicos provenientes de donaciones internacionales. Flores se ha quedado ahora sin muchos de sus amigos, y algunos de sus antiguos funcionarios incluso se avergüenzan de decir que trabajaron para él y junto a él.

Por otro lado, Monseñor Vincenzo Paglia cuando anunció la fecha de beatificación de Monseñor Romero dijo:“Honor a este país y a este pueblo que ha dado a la Iglesia un hijo muy grande, un hijo del amor”. Y cuando le preguntaron los nombres de quienes se opusieron al proceso de beatificación, respondió:“Este es el momento de la alegría no de ver al pasado”. Que la beatificación de Monseñor Romero llene de bendiciones a este país, con tanta necesidad de paz social, y que el sistema judicial por fin deje de “morder al descalzo” y alcance a la clase poderosa de la nación.

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