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La directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva anunció que para final de año al menos 170 países tendrán un menor ingreso per cápita, lo que equivale a casi el 90 % del mundo. En enero, previo a la pandemia del coronavirus (COVID-19), el organismo pronosticó que 160 países terminarían el año con economías más grandes y un crecimiento positivo del ingreso per cápita.
“Nunca en nuestra historia hemos visto un cambio de fortuna tan tremendo para tantos. Y nunca hemos tenido una crisis tan global como la que enfrentamos ahora”, dijo Georgieva. Por otro lado, en marzo, cerca de $100 mil millones abandonaron los mercados emergentes y los países en desarrollo, lo que equivale a tres veces más que durante la crisis financiera mundial.
Sin embargo, entre el cuarto y quinto mes del año, por la inyección masiva de liquidez en las economías avanzadas, algunas emergentes pudieron volver a los mercados y emitir bonos con rendimientos competitivos, con una emisión total de alrededor de $77 mil millones. Esto es casi tres veces y media más que en los mismos dos meses del año pasado.
“Desafortunadamente para los países en dificultades de deuda, afectados por la fragilidad y el conflicto o con malas condiciones subyacentes, la crisis es terrible. De la misma manera que las personas con sistemas inmunes más débiles están en mayor riesgo por el coronavirus, por lo que las economías más débiles están en mayor riesgo por el shock económico”, dijo la directora del FMI.
Previamente, Georgieva planteó que los que más sienten los efectos de la crisis del COVID-19 son los que ya de por sí son más vulnerables. Por lo que la pandemia podría provocar un aumento significativo de la desigualdad del ingreso y poner en peligro los avances alcanzados en materia de desarrollo, como los logros educativos y la reducción de la pobreza.
Nuevas estimaciones indican que cerca de 100 millones de personas de todo el mundo podrían caer en la pobreza extrema, suprimiendo así todos los avances en la reducción de la pobreza logrados en los últimos tres años. Por lo que Georgieva planteó que las autoridades económicas deben hacer todo lo que esté a su alcance para promover una recuperación más inclusiva, que beneficie a todos los segmentos de la sociedad.
Georgieva enfatizó en que el virus genera mayores riesgos para la salud de los hogares de bajo ingreso, los más damnificados por el desempleo récord y con menos probabilidades de beneficiarse del aprendizaje a distancia.
“Estas desigualdades son realmente alarmantes, pero no inesperadas. Sabemos por experiencia y gracias a análisis recientes del FMI que las grandes epidemias suelen agravar la desigualdad del ingreso ya existente”, concluyó Georgieva.