Licenciada Norma Guevara de Ramirios
Décadas de acumulación de lucha política, reivindicativa de obreros, estudiantes, maestros, campesinos, religiosos, evidenciaron la injusticia del régimen político de dictadura que vivía nuestra sociedad. En los años 70s se convirtió en protesta, en indignación; de allí se nutrieron las organizaciones revolucionarias existentes y las que en esa década surgieron.
El pueblo se expresó también en elecciones rechazando la dictadura y en favor de un Gobierno de mayorías para mayorías como decía el doctor Guillermo Ungo. Hasta los militares jóvenes apoyados por intelectuales se expresaron con el golpe de Estado del 16 de octubre de 1979 y declarativamente endosaron las demandas del FORO POPULAR, que integraba movimientos populares y partidos de oposición.
En ese contexto y con la victoria Sandinista en Nicaragua como telón de fondo, dirigentes del Partido Comunista, Fuerzas Populares de Liberación y la Resistencia Nacional, iniciaron los primeros esfuerzos por unificar al movimiento revolucionario salvadoreño, para lo cual, el legendario e indiscutible apóstol de la revolución comandante Fidel Castro, jugó un papel decisivo.
Así surgió la Dirección Revolucionaria Unificada DRU en Octubre de 1979; entre sus primeros acuerdos estaba el de buscar la incorporación del Ejército Revolucionario del Pueblo y del Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos; unificar además a los frentes de masas en los cuales cada una de las organizaciones tenía incidencia y simpatía.
La Junta Revolucionaria de Gobierno surgida tras el golpe de jóvenes militares, que sustituyó al general Arturo Romero, no pudo mantener el rumbo y superar la represión al pueblo por parte del ejército y los cuerpos de seguridad; la representación del Foro Popular en la Junta y el Gobierno, denunció la intolerable represión y como protesta se retiró.
De esa junta sobrevive el Decreto 7 que dio origen a la Reforma Agraria, en él se estableció la prohibición de heredar, vender o partir las propiedades de las mayores extensiones de tierra; ese decreto fue impulsado por el ministro de Agricultura Enrique Álvarez Córdova y quien fuera meses más tarde, el primer presidente del Frente Democrático Revolucionario FDR y asesinado el 27 de noviembre de 1980.
El 10 de enero cumpliendo el acuerdo de la DRU, se crea la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM), alrededor de su plataforma se integraron el Bloque Popular Revolucionario (BPR) al Frente Amplio Popular Unificado (FAPU), Las Ligas Populares de Liberación(LL) el partido Unión Democrática Nacionalista (UDN), y a Las Ligas Populares 28 de Febrero (LP 28).
El 22 de enero bajo su convocatoria se realiza una gigantesca marcha con cientos de miles de salvadoreños que fue reprimida.
El Partido Demócrata Cristiano (PDC) que era parte del FORO POPULAR hizo regresar a Napoleón Duarte, quien vivía exilado en Venezuela después del fraude electoral de 1972. Decidieron mantenerse en el gobierno en alianza con los militares y apoyados por EE. UU. Un desprendimiento de ese partido formó el Movimiento Popular Social Cristiano (MPSC), y con el Movimiento Nacional Revolucionario que dirigía el doctor Ungo, y el Movimiento de Profesionales y Técnicos MIPTES crearon en marzo el Foro Popular; un mes más tarde el 18 de abril con la CRM integran el FRENTE DEMOCRÁTICO REVOLUCIONARIO FDR.
El año 1980 fue convulso: marchas, huelgas, tomas de edificios e iglesias eran reprimidas y los cuerpos de seguridad y escuadrones de la muerte financiados por grupos de la oligarquía asesinaban a diestra y siniestra. Hubo días con más de cuarenta asesinatos.
Muchas empresas cerraron para no responder a los reclamos de los trabajadores; asesinaron a monseñor Romero, monjas, periodistas, catequistas, sindicalistas, campesinos, defensores de derechos humanos.
Fue bajo ese contexto de flujo revolucionario de masas cuando el pueblo respondía a la dictadura con más lucha, que surge el 10 de octubre el FRENTE FARABUNDO MARTÍ PARA LA LIBERACIÓN NACIONAL, y al unir las fuerzas organizadas como movimientos revolucionarios armados, con brazos de movimiento popular, expresiones en sectores laborales, campesinos, estudiantiles, de pobladores del campo y zonas marginales; emerge como esperanza para poner fin a una oscura etapa de dictadura.
Es la unidad, la señal de poder, como fue la Unión Nacional Opositora en el campo político electoral que en dos ocasiones ganó las elecciones (en 1972 y 1977). Con esa señal de unidad y por ende de fuerza se legitimó ante el pueblo la vía armada proclamada ese 10 de octubre. Nacía la esperanza de contar con una organización que canalice la energía del pueblo para hacer surgir lo nuevo, UN GOBIERNO DEMOCRÁTICO REVOLUCIONARIO (GDR).
El FDR habría de convertirse en el aliado leal, que sin ser partidario de la lucha armada comprendía la razón de la misma, la justificó ante el mismo pueblo y ante la comunidad internacional a lo largo de los años.
Continuará
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