Licenciada Norma Guevara de Ramirios
El tiempo se encarga de poner las cosas en su lugar; el FMLN en su ejercicio de Gobierno puso en marcha más de cuarenta proyectos sociales, todos destinados a favorecer a sectores más necesitados; las personas adultas analfabetas, los campesinos productores, las niñas y niños de las escuelas públicas, los jóvenes que estudian bachillerato y los que habían abandonado los estudios y no trabajaban, los adultos mayores, los familiares de víctimas del Mozote, las mujeres embarazadas que viven en lugares remotos, la población necesitada de atención médica, los estudiantes de la universidad que tienen dificultades para asistir a una carrera de manera presencial; y más. Se hizo todo con visión de disminuir la desigualdad.
Muchos criticaron que se hacían cosas buenas pero no se comunicaban, otros se quejaron con justa razón de malos tratos de funcionarios y algunos empleados, de errores cometidos en la asignación de subsidios; otros porque no se permitía subir las tarifas del transporte público. Pero al margen de las razones de esas y otras críticas, la visión que orientó la política de gobiernos del FMLN fue avanzar en justicia social.
La derecha se quejó porque se incrementó el impuesto sobre la renta a los que más ganan, porque se estableció la contribución especial a la telefonía, a las personas naturales y jurídicas que tuvieran ganancias mayores a medio millón de dólares al año, o porque se disminuyeron las comisiones. Ahora en el próximo año, se verá más acentuado las primeras señales que miles de familias experimentan, la pérdida del empleo y de sus ingresos; pues los acuerdos entre la derecha legislativa y el gobierno del presidente Bukele han pactado un presupuesto que a la hora de ejecutarse sacrificará a trece programas sociales, así como los subsidios al gas propano y aumentará a varios miles los despidos de empleados públicos.
La salud de las mujeres y para los más pobres se verá disminuida en su atención. Los logros sociales y las conquistas democráticas que han empezado a verse afectadas, sin lugar a dudas permitirán a muchos ver la realidad y comparar las visiones que representan las distintas formaciones políticas partidarias en este país.
El FMLN, sin duda está, ha estado y seguirá estando al lado de la clase trabajadora, sin duda acompañará sus reclamos y sus reivindicaciones; porque a la hora de la verdad, la gente humilde debe saber que en este país hay un partido con principios, con valores, con una visión de justicia.
Si importa tener la simpatía de mayorías, tener los votos de muchos; pero más importa estar en el lugar correcto enarbolando demandas y propuestas que expresen que se está en el pueblo, al lado de quienes más lo necesitan.
Después de 28 años de alcanzada la paz, de haber iniciado un recorrido en batalla permanente para fortalecer la democracia en nuestra patria, lo ideal sería avanzar; pero los signos que se aprecian en la política del actual gobierno indican que en muchos campos la sociedad retrocede.
El engaño que facilita la propaganda con medios tradicionales y alternativos, puede hacer creer por un tiempo que se está frente a un gobierno que quiere hacer; pero los hechos demostrarán que lo que se hace, es para favorecer intereses de pequeños grupos, los que en el pasado se sintieron cómodos con una dictadura militar y que pueden sentirse cómodos transitando a otra dictadura civil.
Los gobiernos del FMLN fomentaron el diálogo, la inclusión, la tolerancia fue practicada, especialmente del profesor Salvador Sánchez Cerén, ahora todo eso es al revés; la crítica genera ataques de los seguidores fanáticos del presidente o de sus troles como puede verse ahora a la luz de la operación política para aprobar el presupuesto, la Ley de Salarios y los Presupuestos Especiales; el interés de las élites económicas se ve interpretado en esa política por eso la derecha política acompaña sin renegar las demandas del Gobierno.
Para el FMLN queda la verdad y la coherencia en el acompañamiento del pueblo en lucha, y será cada vez mayor en la medida que el resultado de la política del actual gobierno afecta a miles y miles de familias.
No importan los ataques mediáticos, es la hora de la valentía política, del coraje y de ejercer con fundamento real y racional el rol de fuerza opositora a la desigualdad, al neoliberalismo que promueven la derecha y su gobierno.
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