@arpassv
El gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) da un paso importante al nombrar a Jackeline Rivera como candidata para la alcaldía capitalina en las elecciones del próximo año. La actual diputada sustituye al alcalde Nayib Bukele, recientemente proscrito de las filas efemelenistas.
Como bien dijo Medardo González, secretario general del partido de izquierda, Rivera es una luchadora de toda la vida y -por tanto- una digna aspirante a dirigir la comuna de San Salvador. Aclamada por cientos de militantes ayer, durante la celebración del 37 aniversario de fundación del FMLN, la legisladora prometió “conquistar el corazón de los capitalinos”.
Ahora el siguiente paso del FMLN es la designación del candidato presidencial para los comicios de febrero del 2019. Esta es una definición urgente que el partido de izquierda debe efectuar en los próximos días o semanas porque el tiempo se le acaba.
Su principal contrincante, el oligárquico partido ARENA, ha tomado ventaja: los empresarios pre-candidatos Carlos Calleja y Javier Simán ya llevan varios meses en campaña abierta. Por tanto, ahora que cerró el capítulo de confrontaciones con el expulsado alcalde Bukele, la izquierda gobernante debe acelerar el nombramiento de su presidenciable.
A la campaña de los pre-candidatos de la derecha oligárquica se suma la intención anunciada de Bukele de también competir por la Presidencia con un movimiento independiente. En este sentido, el FMLN no debe postergar más la proclamación de su candidato.
El partido de izquierda, además, debe ser consciente que tiene difícil la tarea de renovar el control del Ejecutivo: su desgaste político y el descontento social con el actual gobierno es grande. Esto se expresa en claramente la bajísima calificación en las encuestas al Presidente Sánchez Cerén, quien solo supera al mexicano Peña Nieto y al golpista brasileño Michel Temer en aceptación popular.
Por eso es urgente hacer cambios y giros importantes en el gobierno, como plantearon hace más de un año varias organizaciones progresistas. Sin cambios en el gabinete, en ciertas políticas públicas y en la estrategia política, las posibilidades electorales del FMLN serán todavía menores.
Sánchez Cerén debería dar “golpes de timón” en su gestión, para no cargar con la responsabilidad histórica que una eventual derrota electoral en 2019 sea consecuencia de un gobierno inerte, deficiente y fallido, por el boicot de la derecha oligárquica y por sus propios errores.
Ojalá que el Presidente reaccione. Aún no es tan tarde y la situación todavía es salvable.